Afganistán y la barbarie del imperialismo

Hace veinte años, el imperialismo estadounidense invadió brutal y sangrientamente Afganistán bajo el pretexto de “la lucha internacional contra el terrorismo y por la democracia”. Por supuesto, estos falsos lemas fueron, son y serán mera propaganda de las potencias capitalistas en su afán por ocupar y subyugar a los pueblos del mundo, por expoliarlos hasta la saciedad y provocar miseria y barbarie a fin de sostener su despiadado sistema de producción y cumplir con los intereses de la burguesía monopolista.

Se estima que EEUU ha invertido más de 2 billones de dólares en la guerra de Afganistán, 256 millones diarios desde 2001. Por descontado, es evidente que buena parte de la inversión estadounidense en el ejército afgano sirvió para financiar mediante venta ilegal de armas y municiones a los talibanes que hoy tienen el control del país. Este brutal desembolso económico nos ayuda a hacernos una idea de hasta qué punto el control geopolítico de la zona es una prioridad para el imperialismo.

Por la parte que le corresponde al gobierno español como fiel subalterno de EEUU, el apoyo de los expresidentes José María Aznar (PP) y Rodríguez Zapatero (PSOE) fue absolutamente incondicional al imperialismo, permitiendo el acceso sin condiciones del Ejército estadounidense a las bases de Rota y Morón y destinando 4.500 millones en la invasión desde 2002 hasta 2016. Además, la diplomacia de EEUU reconoció que «el Ejecutivo socialista optó por “enfatizar” el carácter “humanitario” de la misión afgana», lo cual sirvió para aumentar el apoyo político hacia una campaña que sólo contaba con el favor del 26% de los españoles en septiembre 2002 según una encuesta realizada por el Instituto Gallup.

Siguiendo con los servicios del PSOE al imperialismo, Josep Borrell – Vicepresidente de la Comisión Europea y Alto Representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores – afirmó tras una reunión extraordinaria de ministros de exteriores europeos que los talibanes «han ganado la guerra y tenemos que hablar con ellos». Además, dijo que «la cooperación con cualquier futuro gobierno afgano estará condicionada a un acuerdo pacífico e inclusivo y al respeto de los derechos fundamentales de todos los afganos».

En lo que respecta al socialimperialismo chino, semanas antes de que los talibanes iniciaran su ofensiva final y de que abrieran los noticiarios de todos los medios de comunicación, el Ministro de Relaciones Exteriores de China, Wang Yi, se reunió con una delegación talibán encabezada por Abdul Ghani Baradar – cofundador del movimiento talibán en Afganistán y quien es actualmente Primer Viceemir del Emirato Islámico de Afganistán – en lo que fue de facto, aunque aún no fuese oficial, el reconocimiento internacional de China hacia el gobierno talibán. Esto se debe a que el país alberga reservas de materias primas que son de especial interés para los imperialistas como cobre, hierro, mercurio, cobalto y litio, y que apenas han sido explotadas a causa de la larga guerra sufrida.

China ya ha conseguido un acuerdo para explotar ese sector mineral tan codiciado, pues podrá explotar las minas de cobre de Mes Aynak, en plena Ruta de la Seda al usar a Pakistán – país en el que China ha invertido más de 60.000 millones de dólares – como conexión inmediata y así influir en el PIB afgano durante las próximas décadas. Su socio menor, Rusia, se muestra aún precavida; Zamir Kabúlov – diplomático ruso y enviado presencial a Afganistán – ya advirtió, aunque con prudencia, que cooperarían con los talibanes.

La ofensiva talibán que ha terminado con el control casi total del país y la retirada estadounidense no es más que una guerra reaccionaria donde cada paso ha estado debidamente medido; si los talibanes han llegado a la situación actual es porque EEUU y China así lo han aprobado.

Las masas oprimidas, el pueblo de Afganistán que durante décadas solo ha conocido el horror de la guerra imperialista, debe rechazar frontalmente la subyugación de los nuevos gobernantes reaccionarios y de los imperialistas que los comandan, deben luchar por desarrollar la unidad de los comunistas y del proletariado en la región a fin de provocar una salida revolucionaria a la situación actual.

Desde el Partido Comunista Obrero Español hacemos un llamado a todas las fuerzas revolucionarias de la región a que luchen sin descanso contra la situación actual, desarrollando la guerra nacional revolucionaria contra las fuerzas reaccionarias que ayer y hoy se han repartido el control de Afganistán a fin de expoliar sus recursos naturales y provocar el sufrimiento más absoluto en su clase trabajadora.

 

¡POR LA GUERRA NACIONAL REVOLUCIONARIA!

¡SOCIALISMO O BARBARIE!

Madrid, 23 de agosto de 2021

SECRETARIA DE RELACIONES INTERNACIONALES DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA OBRERO ESPAÑOL (P.C.O.E.)

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