181 altos mandos del ejército demuestran que el Estado sigue siendo fascista

El pasado día 31 de julio por la tarde en el diario digital OK diario, o como muchos periodistas denominan, el tabloide de las cloacas del Estado, salió publicado un…

El pasado día 31 de julio por la tarde en el diario digital OK diario, o como muchos periodistas denominan, el tabloide de las cloacas del Estado, salió publicado un artículo titulado “181 altos mandos del Ejército en la reserva firman un manifiesto en el que piden “respeto” a Franco” firmado por Carlos Cuesta, en el que se adjuntaba la declaración suscrita por estos altos mandos. Posteriormente, otros medios del capital se hicieron eco de dicho manifiesto.

En realidad, y por más que el libelo fascista de Inda pretendiera maquillarlo, estamos ante un pronunciamiento político de 181 altos mandos del Ejército, en el que expresan, con meridiana claridad, su defensa política de Franco y del fascismo, evidenciando, como no puede ser de otro modo, un anticomunismo feroz, haciendo una revisión de la historia al objeto de imponer el relato histórico falso de los que desencadenaron el golpe de estado en 1936 contra el legítimo gobierno de la República, señalando directamente a lo que ellos denominan “izquierda política”.

Si bien algunos “finos” analistas de la burguesía que parlotean en los medios de comunicación del Capital han interpretado dicho mensaje de estos personajes reaccionarios circunscribiéndolo, exclusivamente, al debate público suscitado por la exhumación de los restos del criminal tirano Franco del Valle de los Caídos, tal y como explícitamente redactan los autores de dicha declaración política, la realidad es que la misma tiene, fundamentalmente, una advertencia política ante la reunión bilateral que, justo 24 horas después, iban a tener una representación del Govern de Catalunya y del Gobierno de España; como se puede deducir del siguiente párrafo de dicha declaración: “(…) defendemos la imagen militar del General Franco, claramente definida en su Hoja de Servicios y dada la personalidad en ella reflejada, desaprobamos muchas de las acusaciones que se vierten en estos momentos contra él con el único fin de que las nuevas generaciones ignoren y si es posible desprecien un periodo importante de su propia Historia, tratando de justificar con ello un falso progreso que oculta la realidad del actual desmoronamiento territorial de la Nación y la manifiesta desigualdad entre españoles.”.

Y es que para estos 181 altos mandos fascistas del Ejército, únicamente existe “la Nación española” y “la Patria está por encima de la democracia”, como herederos que se reivindican del asesino Franco y su obra. Entre los militares signatarios del manifiesto se encuentran personajes como el General de División de Infantería de Marina Juan Chicharro Ortega, que fue ayudante del “Rey Emérito” y antiguo Presidente Ejecutivo de la Fundación Nacional Francisco Franco, así como otros cuyos ascensos, y también participación en altos puestos políticos, se han sucedido con los sucesivos gobiernos del PP y del PSOE.

Hemos visto que no ha sido casual este pronunciamiento político de estos altos mandos militares retirados, que sin duda debieran ser purgados del Ejército y no cobrar ni un duro de dinero público. El estado español es un estado fascista, lo reconocen y reivindican estos militares fascistas, los cuales han ocupado puestos y tienen influencia notable en el Ejército sobre multitud de mandos y otros componentes del mismo los cuales, si el estado español fuera mínimamente democrático, sin duda, debieran ser purgados.

Queda claro que la denominada Transición fue una gran traición perpetrada por el oportunismo – con el PCE a la cabeza – en alianza con el fascismo, plasmada en la Constitución de 1978, con la que los herederos de Franco establecieron un marco normativo que permitía salvaguardar íntegramente al estado fascista, de tal modo que la burguesía aseguró plenamente sus objetivos, entre otros: Consagrar explícitamente el capitalismo en su artículo 38, integrarse en los organismos y mecanismos imperialistas (OTAN, UE), mantenimiento de la simbología fascista (bandera, Corona y Unidad de España) y conservar intacta la maquinaria del poder del estado franquista ya sea en el Ejército, en la Judicatura, etcétera.

Aquéllos polvos trajeron estos lodos, y estos cuarenta años de “democracia” verifican que únicamente han servido para que los monopolios sigan detentando el Poder, el capitalismo sea el sistema económico, el capitalismo monopolista de Estado español se haya integrado en las estructuras políticas y económicas imperialistas – CEE, UE -, así como en las militares – OTAN -, que el aparato del Estado siga estando en manos de los fascistas – Judicatura, Ejército, etcétera – y que los derechos políticos y democráticos de las naciones que componen el Estado, así como de la clase obrera, sean ferozmente reprimidos y negados.

Y toda esta farsa de 40 años se está viendo con meridiana claridad en los días corrientes, donde altos mandos del Ejército no dudan en sacar a la palestra la esencia ideológica del fascismo en la defensa de Franco y su obra, el actual Estado, o la Judicatura donde el antiguo Tribunal de Orden Público, hoy Audiencia Nacional, y el Tribunal Supremo se baten el cobre para reprimir a raperos, artistas y todo aquél que cuestione y denuncie a este criminal y corrupto sistema, que engrosa la lista de presos políticos, y que es retratado, incluso, por sus socios estados imperialistas y reaccionarios europeos, como son Alemania o Bélgica, donde deniegan la extradición de Puigdemont y otros consellers exiliados del Govern de Catalunya, por el delito imputado por la Justicia española de rebelión, que para las administraciones de justicia de dichos estados no se sostiene jurídicamente por ningún lugar, dejando bien claro que las administraciones de justicia de los estados belga o alemán no son análogos, o no llegan a un grado de reacción y fascismo tal que el español. Y es que, claro, Llarena y el Tribunal Supremo, están pretendiendo aplicar judicialmente la doctrina de la Asociación de Militares Españoles (AME) de que se juzgue por “alta traición”, puede traducirse por rebelión, a todo aquél que promueva el independentismo.

Pero esto no es novedoso, sino una constante. La cúpula militar, una vez muerto el tirano, ha demostrado siempre a lo largo de este periodo su fidelidad a éste y a su ideario fascista. Como por ejemplo el General Blas Piñar, el Teniente General del Ejército de Tierra, José Mena, que en la Pascua Militar de 2006 ya pidió que el Ejército actuara en Cataluña, o la Asociación de Militares Españoles (AME), asociación fascista que aglutina a más de 3.000 militares en la reserva y que es financiada por el Estado y que, desde 2012, viene demandando la intervención militar en Cataluña. Ni que decir tiene que todos ellos estarían emocionados el pasado 1 de octubre comprobando como el Estado enviaba a más de 10 mil dispositivos para reprimir y hostiar al pueblo catalán por el delito de querer ejercer su derecho democrático a la autodeterminación, y todos ellos suscriben el posicionamiento político del Gobierno de Rajoy, y del trío del 155 (PP, C’s y PSOE).

La esencia fascista de la institución militar se ha visto durante los últimos 40 años en numerosas declaraciones y pronunciamientos, en el autogolpe de estado del 23F, en la guerra sucia y el terrorismo de estado, en la corrupción generalizada y la impunidad existentes en el seno del Ejército destapada por militares como el Teniente Luis Gonzalo Segura el cual ha sido reprimido por ello, en los “apellidos ilustres” de la cúpula, en la vinculación de militares con organizaciones fascistas, etcétera, todo ello con la impunidad absoluta y con el beneplácito de los partidos políticos del sistema. El propio Teniente Segura señala que “el ejército actual es el ejército de Franco y de Juan Carlos estandarizado a niveles OTAN”.

Nunca hubo una purga del fascismo en el Ejército, ni en el aparato del Estado, tras la muerte del tirano. Ni tan siquiera hubo una ruptura democrática, pues la Constitución de 1978 no es más que una Reforma de las Siete Leyes Fundamentales del franquismo, manteniéndose incólume el fascismo como ideología del Estado. Y esta es la consecuencia de los sucesivos gobiernos “democráticos” de PP, PSOE y del resto de partidos oportunistas que engañan a los trabajadores defendiendo los intereses de los monopolios y su Estado (PODEMOS, IU/PCE).

Franco no fue leal a la República, como falsamente dicen estos 181 fascistas retirados del Ejército. Franco fue un criminal como lo acreditó la represión, o como dicen en el manifiesto de reivindicación del tirano “dirigió la acción militar que sofocó la sublevación de Asturias en 1.934 provocada por la oposición de la izquierda y preludio del Frente Popular”, y como lo certifica la reacción y represión criminal de su infame dictadura, dictadura que se prolongó durante casi 4 décadas gracias al apoyo de los “democráticos” EEUU y demás estados imperialistas de Europa. Sin embargo, sí hemos de reseñar que la II República tampoco fue leal a la clase obrera, al proletariado, como jamás ha sido leal, ni lo sigue siendo, ni el PSOE ni el oportunismo socialdemócrata, hoy bajo la etiqueta de PODEMOS-IU y compañía. Dimitrov, magistralmente sintetizó en “La ofensiva del fascismo y las tareas de la Internacional Comunista en la lucha por la unidad de la clase obrera contra el fascismo. Informe ante el VII Congreso de la Internacional Comunista” la II República y cómo la socialdemocracia, en este caso el PSOE, allanó el camino al fascismo al igual que hizo la socialdemocracia en otros países europeos:

¿Tenía que triunfar inevitablemente la burguesía y la nobleza en España, país donde las fuerzas de la insurrección proletaria se combinan tan ventajosamente con la guerra campesina? (…) Los socialdemócratas españoles estuvieron representados en el gobierno desde los primeros días de la revolución ¿Establecieron acaso un contacto de lucha entre las organizaciones obreras de todas las tendencias políticas incluyendo comunistas y anarquistas? ¿Fundieron a la clase obrera en una sola organización sindical? ¿Exigieron acaso la confiscación de todas las tierras de los terratenientes, de las iglesias y los conventos a favor de los campesinos para conquistar a éstos para la revolución? ¿Intentaron luchar por la autodeterminación nacional de los catalanes, de los vascos, por la liberación de Marruecos? ¿Limpiaron al ejército de elementos monárquicos y fascistas, preparando el paso de las tropas al lado de los obreros y de los campesinos? ¿Disolvieron a la guardia civil, verdugo de todos los movimientos populares, tan odiada por el pueblo? ¿Asestaron algún golpe contra el partido fascista de Gil Robles, contra el poderío del clero católico? No, no hicieron nada de esto. Rechazaron las reiteradas proposiciones de los comunistas sobre la unidad de acción contra la ofensiva de la reacción de los burgueses y de los terratenientes y del fascismo. Promulgaron una ley electoral que permitió a la reacción conquistar la mayoría en las Cortes y una serie de leyes que decretaban duras penas contra los movimientos populares, leyes que sirven ahora para juzgar a los heroicos mineros de Asturias. Fusilaron por mano de la guardia civil a los campesinos que luchaban por la tierra, etc. (…) Así desbrozó la socialdemocracia el camino al poder del fascismo, lo mismo en Alemania que en Austria y que en España, desorganizando y llevando la escisión a las filas de la clase obrera.

Este manifiesto de los 181 militares en la reserva, no sólo es una amenaza al Gobierno, dejándole bien claro que el Estado es fascista y como tal debe actuar siempre, y en todo momento; sino también es una amenaza al pueblo español y la clase obrera. Como proclama fascista, es anticomunista, y deja también bien claro que para estos 181 altos mandos, y todos aquéllos que dentro del Ejército están bajo la influencia de éstos, el Ejército está para que, en el caso de que el pueblo español considere que debe transitar hacia el socialismo y el comunismo, dar un golpe de Estado, tal y como hizo el criminal Franco en alianza con la burguesía monopolista, la Alemania de Hitler y la Italia de Mussolini, y arremeter y asesinar al pueblo español. Estamos seguros que, al igual que lo que ha acontecido en Cataluña en otoño de 2017, cuando PODEMOS adoptó la tesis del reaccionario Coronel Francisco Alamán, y miembro de la AME, que señalaba allá por 2012 que “¿la independencia de Cataluña? Por encima de mi cadáver. Aunque el león parezca dormido, que no lo provoquen demasiado, porque ya ha dado pruebas sobradas de su ferocidad”, no dudará en ese momento en jugar el papel histórico del oportunismo y de la socialdemocracia: allanar el camino a los reaccionarios y tratar de dividir y frenar a la clase obrera diciéndole “que van a despertar al fascismo”.

Todos aquéllos que apoyaron a Sánchez al Gobierno y dicen defender los derechos democráticos del pueblo, como dicen defender PODEMOS-IU, Bildu, PNV, PDCat o ERC deben y están obligados a exigir al gobierno del PSOE purgar del Ejército a todos los militares fascistas. Sin embargo, no lo harán.

Y es que en la situación actual, no es posible estar con los derechos y los valores democráticos del pueblo y defender el Estado, corrompido y reaccionario hasta el tuétano. Hoy los derechos democráticos para la clase obrera únicamente están en la lucha por la consecución del socialismo, en la unión de la clase trabajadora, los campesinos pobres y todos aquellos sectores sociales azotados por el capitalismo y su Estado, en un Frente Único contra el fascismo y por la consecución de un estado al servicio de dichas clases populares. ¡O se está con el Socialismo y la lucha por su consecución o se está con el Estado fascista actual y con el imperialismo!

Lo único que puede ofertar la burguesía al pueblo es más fascismo, como estos 181 militares demuestran, de tal modo que la única salida que tiene la clase obrera es romper con el capitalismo, acabar con este sistema y su estado. Por ello, es esencial el desarrollo de nuestro partido, que lleve a los centros de trabajo y a los barrios la ideología del marxismo-leninismo y su organización, que es de la única forma posible en la que la clase obrera, los oprimidos, logremos romper el yugo de la explotación y del fascismo al que la burguesía nos somete. LA EMANCIPACIÓN SOCIAL Y LA CONQUISTA DE LA DEMOCRACIA Y DE LA LIBERTAD PARA EL PUEBLO TRABAJADOR SÓLO SE CONSEGUIRÁ CON LA CONSECUCIÓN DEL SOCIALISMO Y ÉSTE SOLO VENDRÁ DE MANOS DE LOS QUE PRODUCEN LAS RIQUEZAS.

 

¡TRABAJADOR, FORTALECE Y ENGROSA LAS FILAS DEL PARTIDO COMUNISTA OBRERO ESPAÑOL!

¡ABAJO EL ESTADO IMPERIALISTA ESPAÑOL! ¡ABAJO EL FASCISMO!

¡POR EL SOCIALISMO!

Madrid, 5 de agosto de 2018

COMITÉ EJECUTIVO DEL PARTIDO COMUNISTA OBRERO ESPAÑOL (P.C.O.E.)

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