Alerta

El compañero Fidel es el hombre clave del mundo contemporáneo que pone al servicio de la humanidad su extraordinaria capacidad de reflexión y su experiencia riquísima de estratega adquirida en situaciones graves. Una vez más está en el lugar exacto a la hora justa, cuando nos alerta de los peligros de un conflicto de incalculables consecuencias.

Con su acostumbrada maestría y seguridad, nos proporciona argumentos contundentes que hacen que sus presentimientos, naturalmente, contrastados con datos rigurosos tengan un plus de acierto muy alto, yo diría casi al 100 x 100.

  En esta ocasión la crisis del sistema capitalista, tal vez la más profunda de toda su historia nos ayudará a acercarnos a la comprensión de sus vaticinios.

Al retroceso económico de los imperios dominantes, le sucede la pérdida de mercados a favor de países emergentes, algunos muy desarrollados como lo son China, Rusia, India, que van ocupando lugares, otrora de exclusivo control de Norteamérica, Europa y Japón, concretamente América Latina, de manera especial el colectivo de países que se agrupan en el Alba y otros, al igual que sucede en Oriente Medio y Asia.

 La costumbre es que ante la pérdida de mercado, frente a países pujantes que amenazan su desplazamiento en el control económico y por consiguiente político del mundo, los imperios se juegan el todo por el todo por los dos medios que les son posibles; el primero por la explotación suma de los trabajadores y el segundo por la neutralización del avance de los adversarios a través de la conflagración internacional.

 La ofensiva de los organismos supranacionales contra los derechos de los trabajadores que afecta a su calidad de vida está en marcha, con lo cual los imperios se preparan para una mayor y mejor tecnificación de sus instrumentos de producción, que les facilitará la elaboración de un producto más barato y sofisticado con el fin de recuperar los inconmensurables beneficios perdidos durante la crisis y que les permita competir en inmejorables condiciones en los mercados.

 Más cuando esta parte de las medidas “sanadoras” se haya consumado se encontrarían con la dificultad de un mercado ocupado por fuerzas económicas extrañas a las que hay que desbancar. La cuestión es que estos son países que contienen armas de un calibre de gran diámetro, se trata de averiguar cuál es la estrategia más segura, no la menos costosa, para expulsar de los mercados a una competencia tan complicada.

 Si observamos bien, Corea del Norte, Irán y Venezuela reúnen demasiados ingredientes como para pergeñar el argumento magro que justifique, según las cábalas imperialistas, la guerra. Irán y Venezuela poseen riquezas energéticas seductoras con las cuales ejercen influencias en sus demarcaciones y tanto las dos como Corea del Norte mantienen relaciones estrechas y fluidas con China, Rusia e India.

 Tenemos pues, que entre las tres poseen un tesoro muy codiciado en estos momentos por los imperios: En lo económico gozan de riqueza energética muy notable, elemento decisorio en los próximos años para el triunfo en la economía. En lo político e ideológico, Corea del Norte, Venezuela junto con Cuba ejercen influencias portentosas en el proletariado universal y en los países, donde los imperios van cediendo en autoridad.

La lógica del imperialismo es estudiar lo que necesita y una vez llegado a la conclusión se lanzan a su conquista sin reparar más que se juega su supervivencia. No es por casualidad, que en tan solo días de diferencias, EE.UU. multiplique sus sanciones a Corea del Norte, que uno de sus países acólitos Colombia, provoque gravemente a Venezuela, a la vez que sus fuerzas armadas junto con las de Israel cerquen a Irán a los sones inconfundibles de guerra.

No olvidemos que en anteriores grandes guerras, EE.UU. se enriqueció con su industria militar y luego de destrozar a países enteros su economía nacional (empresas multinacionales y monopolios) subió enteros con la “ayuda” que les prestaba para su reconstrucción.

EE.UU. y Europa han pensado que al amparo de su potencial bélico, de un solo tiro puede de nuevo dominar el mundo por las bravas:

 

· Despojar a sus adversarios de sus plazas de comercio, conquistadas nuevamente por ellos en confrontaciones belicistas

· Eliminar el socialismo en Cuba y Corea del Norte, acabar con su influencia ideológica

· Erradicar la economía independiente y el avance de los países progresistas en América Latina, Oriente Medio etc.

· Retomar su total control de Oriente Medio

· Hacer retroceder a los trabajadores de Europa en sus repulsas a la ofensiva capitalista

 

La cuestión para bien o para mal, dependerá también de las posiciones que adopten China y Rusia.

 Es evidente que el compañero Fidel no nos alerta para que contemplemos estoicamente como se suceden los hechos. Sus escritos son auténticos manifiestos de lucha, que nos obligan especialmente a los comunistas a tomar medidas combativas. Si el curso de los acontecimientos continua por los derroteros que hoy toman, la cuestión es que lo que pase en Irán, Corea del Norte, Venezuela tendrán repercusiones determinantes en el mundo entero, y también en Europa. El imperialismo está como gato panza arriba. Su sentencia ha sido dictada, o ellos o nosotros. El mundo no sería el mismo y la humanidad viviría durante largos años bajo la férula de un capitalismo terrorífico.

Pero los imperialismos lo tienen decidido, sus dictaduras serán implacables, porque es el único resquicio que les queda y tanto si es por la vía pacífica como por la guerra el fin será idéntico, por eso no cabe esconderse o entregarse.

Desde hoy todos somos Cuba, Venezuela, Corea del Norte e Irán, y las batallas contra los imperios tiene que ser universal, cada cual en el grado en que se encuentre debe abrirle brecha a sus capitalistas, desperdigar sus fuerzas que los hará más débiles y vulnerables.

La situación actual nos emplaza a combates que se tienen que definir anti sistema, cualquier otra idea contribuye a perpetuar un capitalismo que se basa en las armas, en la represión, en la esclavitud en extremo, porque el capitalismo está herido de muerte, pero hay que abatirlo, de lo contrario su vigencia vencida se transformará en más sufrimiento para la humanidad.

Nuestra lucha debe ser por el socialismo en nuestro país e internacionalista. Por esta razón, aplaudimos a los camaradas del KKE por su firmeza y por sus objetivos. Aplaudimos también al PAME por su llamamiento a la izquierda combativa de Europa. Es así como podemos poner fin a un infierno que de seguro, de no frenarse las intenciones imperialistas nos sumirán en el fuego eterno.

En nuestro país, hay que fomentar la unidad del pueblo en un frente único, los comunistas tenemos la obligación ineludible, de buscar a costa de lo que sea la unidad de acción, pero para combatir y unir al pueblo. Debemos construir Asambleas de Comités, Delegados de Empresas, allá donde no existan y fortalecerlas donde estén iniciadas. Debemos promover las Asambleas populares en ciudades, pueblos, comarcas, consolidar y extender las que se están construyendo como Barcelona, Sevilla, y otras. Unirlas todas en una Organización Estatal para que hagan suyo el llamamiento del PAME.

 Manuel Góngora Canela

Miembro del Comité Central del PCOE

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