Los comunistas frente al 12 de octubre
Con ocasión del 12 de octubre, el Estado español, como uno de los últimos eslabones del imperialismo occidental, vuelve a hacer apología de su pasado imperialista y colonial, que, en muchos aspectos, sigue presente a través del control que ejercen sus multinacionales sobre la economía de los países hispanoamericanos, tales como Unión Fenosa en la distribución del sistema eléctrico o del Grupo Cobra-ACS del mafioso capitalista Florentino Pérez.
Esta apología del exterminio y la explotación de los pueblos originarios de América Latina va desde el propio Jefe de Estado (tal como denunciamos con ocasión de su visita a Puerto Rico) hasta escritoras vendehúmos como Roca Barea, discípulos del reaccionario Gustavo Bueno o grupúsculos fascistas con verborrea pseudomarxista. Últimamente, además, la prensa se hizo eco de una campaña de un grupo ultracatólico como es la Asociación Católica de Propagandistas (ACDP) que, con la complicidad de los ayuntamientos de ciudades como Valladolid (PP y VOX) o Madrid (PP) utilizan marquesinas públicas para lanzar un mensaje a favor de ese pasado imperialista criminal, tal como hacía la propaganda del régimen franquista del que ellos son herederos. Tanto este grupo como los anteriormente citados afirman que España es víctima de una supuesta “leyenda negra” promovida por fuerzas extranjeras para tratar de enturbiar ese supuesto pasado glorioso.
En esta burda propaganda se niega que en España (o “las Españas”, como se llamaban en la época) se practicara el esclavismo, cuando no sólo es un hecho que se practicó, sino que fue el último país de Europa en abolirla, por detrás de Inglaterra (1833) y Francia (1849), ya que no se abolió hasta 1870 en la metrópoli y en sus colonias de Puerto Rico y Cuba en 1873 y 1886 respectivamente. Entre estos defensores de la existencia de una Leyenda Negra se alude a las leyes contra la esclavitud promulgadas por la reina castellana Isabel la Católica, si bien esto es una verdad a medias, ya que se practicó la esclavitud con aquellos indígenas que ofrecían resistencia a los conquistadores y con los que habían sido comprados (al ser considerados bienes muebles de sus propietarios). Por no hablar de que fue precisamente la Corona de Castilla -aunque el fascista y corrupto de Juan Carlos I lo negara en su “disculpa” frente a comunidades indígenas mexicanas en 1991- la que promovió el sistema de repartimientos -más tarde llamado “sistema de encomiendas”, que no deja de ser una forma de esclavitud encubierta al forzar a trabajar a los nativos con la excusa (tal como exigía el papado) de evangelizarlos-.
Tampoco hace falta acudir a ninguna propaganda extranjera para saber que el almirante Cristóbal Colón esclavizó a indígenas -llevando a 500 esclavos nativos a Castilla- y que durante su administración de la isla de La Española cometió abusos (o como mínimo, los toleró) contra los taínos, de manera que fue tomado preso y trasladado a la metrópoli encadenado. También se podría leer “Brevísima relación de la destrucción de las Indias” del antiguo encomendero y fraile dominico Bartolomé de las Casas, que, si bien se asocia ahora con la Leyenda Negra, fue alguien leal a la Corona -en el prólogo elogia el papel de la reina Isabel-. Sus denuncias acerca del trato de los conquistadores a los indígenas nos indican que, pese a la existencia de leyes contra esto, no tenían una efectividad sobre la realidad colonial.
O los cronistas de Indias, donde hablan de cómo los indígenas preferían suicidarse en masa antes que someterse a sus conquistadores (lo que el historiador Sánchez Albornoz denominó como el “desgano vital”), lo que nos indica -por las propias fuentes que nos aportan los conquistadores- que la conquista y sometimiento de América estaba lejos de esa imagen idílica que nos ofrece esta propaganda barata. Por último, no podemos obviar que a partir de 1501 -habiendo descendido el número de indígenas en el continente- los conquistadores llevaron a esclavos africanos para realizar las tareas que solían realizar estos nativos.
Otro aspecto que estos reaccionarios reivindican el 12 de octubre es el mestizaje existente en América Latina en contraposición con la situación racial en países de América del Norte como los EE.UU. o Canadá. Con esta argumentación se obvia el existente sistema de castas colonial, que estratificaba la sociedad colonial castellana según la raza, estando los criollos o peninsulares en la cúspide de esa pirámide -es decir, los descendientes de los castellanos que no se habían mezclado con el resto de la población no blanca- mientras que los indígenas, negros y mestizos estaban relegados a estos. Es el mismo sistema que se empleó en la metrópoli contra los “cristianos nuevos” (cristianos de origen judío o musulmán), los estatutos de limpieza de sangre, creados con la finalidad de que nadie que tuviera estos orígenes ocupara ningún cargo público. Estos estatutos están considerados como un precedente del racismo contemporáneo.
Como comunistas, no podemos conmemorar una fecha que viene a legitimar el sometimiento y saqueo de diferentes pueblos frente a un imperio, sea la Monarquía Hispánica o cualquier otro. También denunciamos este discurso que viene a blanquear el colonialismo en pos de una “leyenda rosa”, ya venga de ultracatólicos o reaccionarios con su verborrea pseudomarxista, pues manipula la historia con fines políticos, buscando el sentimiento de superioridad frente a los pueblos hispanoamericanos, aludiendo a un mestizaje al mismo tiempo que estos mismos grupos promueven teorías de la extrema derecha como el reemplazo poblacional.
Frente al chovinismo, los comunistas defendemos el internacionalismo proletario.
¡CONTRA LA MANIPULACIÓN CHOVINISTA!
¡POR EL INTERNACIONALISMO PROLETARIO!
¡POR EL SOCIALISMO!
COMISIÓN DE AGITACIÓN Y PROPAGANDA DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA OBRERO ESPAÑOL (P.C.O.E.)