Bolsonaro, un fascista de la vieja escuela es la “nueva política” en Brasil

Bolsonaro

La corrupción se ha utilizado en Brasil por parte de la burguesía, que es la única clase social con capacidad para corromper, en dos sentidos: el primero, para enriquecerse a manos llenas transfiriendo capitales del estado hacia la oligarquía brasileña y, segundo, utilizando a la justicia para eliminar a los rivales políticos no útiles culpándoles de esa corrupción, como es el caso de Lula da Silva.

Un negocio redondo para la burguesía, que corrompe todas las instituciones y partidos políticos -lo que demuestra la naturaleza clasista, corrupta e irreformable del estado burgués- y elimina a las piezas menos útiles del tablero político de un solo plumazo, todo ello con el objetivo de enriquecerse a costa del pueblo brasileño. Así, después de corromper al socialdemócrata Partido de los Trabajadores, lo ha desahuciado políticamente -empezando por sus líderes- echándoles la culpa de la corrupción en Brasil.

Mientras tanto, el fascista Jair Bolsonaro ha sido blanqueado y presentado por los medios de comunicación como un político íntegro y honrado, alejado de la política y asqueado por sus prácticas corruptas, que ha llegado para traer la decencia y la limpieza a la política brasileña. Pero la realidad es que Jair Bolsonaro lleva en la política brasileña toda la vida, desde 1988, y toda su familia se dedica a la política, siendo recientemente acusado de malversación de fondos.

Bolsonaro ha representado desde siempre los intereses de la facción más reaccionaria de la burguesía brasileña (defendiendo la dictadura militar de 1964, considerando la tortura como una práctica legítima, atacando los derechos LGTB…) y, cuando esta facción de la burguesía ha ganado mayor peso dentro de su clase social, este personaje corrupto y fascista ha sido elevado a lo más alto de la política brasileña en un tiempo récord.

La nueva política es el Partido de nuevo tipo, donde la vanguardia de la clase obrera está organizada por la consecución de la máxima aspiración de la clase obrera: el Socialismo. Sin ello, la clase obrera se encuentra huérfana en la defensa de sus intereses, cayendo primero en manos de la socialdemocracia y después -gracias a los fracasos políticos de esta- del fascismo. Esta es una constante en el sistema capitalista en su fase imperialista.

En el pasado solo la clase obrera organizada con su Partido, su vanguardia, a la cabeza, pudo destrozar al fascismo. El avance del fascismo hoy, tendencia propia del desarrollo de la democracia burguesa, sigue teniendo el mismo antídoto. La clase obrera brasileña necesita fortalecer el movimiento comunista, guiado por el marxismo leninismo, para acabar con un sistema corrupto y criminal que impide a los trabajadores una vida digna y lograr la conquista revolucionaria del poder para construir el Socialismo con el que el pueblo brasileño pueda lograr sus objetivos políticos.

 

¡Abajo el fascismo!

¡Muerte al capitalismo criminal y explotador!

¡Por el Socialismo!

 

D. García – Secretario de Relaciones Internacionales del Partido Comunista Obrero Español (PCOE)

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