Comunicado del PCOC: «El Pacto Fiscal: nuevo fraude burgués al pueblo trabajador catalán»
Es significativa la histórica voluntad de la burguesía en Catalunya por fabricar falsos conflictos superestructurales, con su oportuna dosis nacional, a fin de intentar tapar las contradicciones internas por las que discurre. No extraña tal actitud cuando observamos la realidad material a la que nos someten, derivada un régimen capitalista caduco que golpea sin descanso a las masas laboriosas catalanas. Desde esa perspectiva hemos de enmarcar el nuevo teatro burgués, escenificado el pasado 25 de julio en forma de Pacte Fiscal, y aprobado en esa caricatura de institución burguesa llamada Parlament. La profunda y duradera crisis por la que discurre el modo de producción capitalista en su etapa imperialista, obliga a la casta política a sueldo del capital monopolista a ocultar y desviar la atención del proletariado catalán, asfixiado y empobrecido por la brutal ofensiva clasista desatada.
El grotesco espectáculo circense entorno al Pacte Fiscal, ejemplifica la putrefacción de una casta política catalana decadente, que como en 1936, no tiene empacho en traicionar al pueblo trabajador catalán mientras se envuelve en un rancio nacionalismo oportunista y mendaz. De nuevo ha salido a relucir el accionar clásico de esta cínica burguesía que, al tiempo que impone condiciones materiales atroces al conjunto de trabajadores y clases populares catalanas, pretende entretenernos con falsos debates identitarios, en una estrategia en la que siempre ganan los mismos; la oligarquía galvanizada entorno al Estado español, verdadera ama y señora del Congreso y el Parlament.
Ayer fueron los Estatuts d´Autonomia, antes de ayer el Concert Econòmic “a la vasca”, y hoy el Pacte Fiscal aprobado, en un ejercicio de desvergüenza sin igual, tras el inminente auxilio económico solicitado a la oligarquía financiera del Estado español. El populismo y oportunismo de la burguesía catalana, son rasgos distintivos que la definen históricamente, rasgos que siempre ha puesto al servicio del mantenimiento y el blindaje de sus intereses de clase. Intereses que siempre ha ocultado conscientemente dentro de lo que ellos llaman Catalunya; su coto privado, su mercado, su mercancía, nunca su patria. Desde Cambó a Mas, pasando por Maragall o Pujol, sus asalariados políticos siempre han sido fieles a este proceder. Al parecer ni Fainé, Brufau o Rosell explotan trabajo ajeno en beneficio propio en base a la propiedad privada de los medios de producción, sino que son excelsos patrones que “defienden los ·intereses de Catalunya”, aunque algunos lo hagan desde la misma capital del Reino.
No sorprende, pues, que en este nuevo engendro jurídico-burgués, ni siquiera se haga mención al colosal Fraude Fiscal de las “rentas altas” catalanas o al salvaje expolio al que someten a las rentas del trabajo, mientras amnistían impunemente al gran capital. Tampoco el Pacto Fiscal nos habla de los monstruosos desfalcos de una burguesía podrida que llegó en su desenfreno a esquilmar el propio Orfeó Català, ni de la monstruosa evasión de capitales, ni del robo de miles de millones a cargo de las entidades financieras catalanas, ni de la corrupción empresarial que invade toda la base económica y por supuesto al conjunto de la institucionalidad burguesa. Es un Pacte Fiscal hecho por y para burgueses.
En esencia, este engendro jurídico queda reducido a tres mágicas palabras con las que la casta política justifica su existencia; el “expolio de Madrid”. Al parecer, sin ese “expolio”, en Catalunya no habría ni siquiera crisis capitalista y los trabajadores, emancipados del yugo burgués, nadaríamos en la abundancia material. La realidad, sin embargo, es más cruda, y la burguesía monopolista lo sabe perfectamente, por ello rescatan a sus hermanos de clase en Catalunya; es un mercado estratégico para la oligarquía estatal.
La realidad es que los gestores del capital, después de golpear con dureza a las masas laboriosas, lo único que han conseguido es que hoy la Generalitat deba más de 40.000 millones de €, o que sólo el agujero dejado por Catalunya Caixa sume 30.000 millones de euros más. Quizás el saqueador del Palau de la Música Fèlix Millet, no es un adinerado catalán de santa cuna burguesa, sino un señorito de Madrid aterrizado para expoliar a los catalanes. O quizás las trasnacionales Abertis, Aigües de Barcelona, Gas Natural o los conglomerados financieros como CaixaBank, por sólo citar algunos entes monopolistas, sean ajenos a las élites catalanas que nos someten a diario mientras fingen diferencias con sus hermanos de clase de “Madrid”.
Haciendo uso de su rancio nacionalismo burgués, insisten en embotar el cerebro del trabajador catalán con las mismas cortinas de humo de siempre. Mientras se barnizan con un catalanismo mercantil y de forma oportunista se envuelven tras la senyera catalana, ejecutan políticas antinacionales y antiobreras que hunden, precisamente a los trabajadores catalanes, en el paro, la miseria y la sobreexplotación. La atroz realidad de millones de obreros y empleados, subyugados por una élite parasitaria y explotadora, no podrán taparla ni con mil Pactos Fiscales y rescates; ni en Barcelona ni en Madrid. Como se ha encargado de demostrar la historia, los nacionalismos burgueses catalán y español se interrelacionan, caminando siempre en una misma dirección; el que marca la clase dominante estatal, firmemente asentada a las estructuras supranacionales europeas.
No hay que olvidar que la burguesía nacionalista en Catalunya, que incluso se atreve a hablar de independencia, ha llegado a votar hace apenas unos meses, a favor de la Ley Orgánica de Estabilidad Presupuestaria, la misma que lamina competencias de la propia Generalitat permitiendo la intervención del Gobierno burgués español en caso de incumplimiento del déficit. Un ejemplo más no sólo de sus iniciativas antipopulares, sino también antinacionales. El cinismo, es otra escuela de pensamiento muy desarrollada entre los políticos a sueldo de la patronal en Catalunya.
La historia no se detiene, la lucha de clases se agudiza, y la ofensiva burguesa continua desarrollándose en un solo puño tanto en Madrid como en Barcelona, dónde Rajoy y Mas cumplen a la perfección con su papel de fieles representantes políticos del gran capital (IBEX-35, CEOE, UE-FMI). Detrás de sus reproches formalistas, cuando se trata de agredir a los trabajadores, la oligarquía estatal ostenta una gran conciencia de clase; ya sea a base de infames reformas antiobreras que legalizan la esclavitud asalariada, ya sea mediante la destrucción de estructuras públicas, jamás hay fisuras a la hora de remar siempre hacia el mismo lado.
Si en 1939 fueron capaces de sacrificar la lengua y cultura catalana en el altar del fascismo africanista en defensa de sus espurios intereses, mientras eran fusilados miles de proletarios catalanes, tanto o más sacrificarán para aguantar a un régimen capitalista que se cae a pedazos a base del sudor y la sangre de millones de trabajadores catalanes.
A destacar el papel jugado por la desnortada pequeña burguesía radical catalana (ERC-ICV-EUiA), que actuando como una mera correa de transmisión burguesa, se da por satisfecha con la simple creación de una Agencia Tributaria catalana dentro del marco del Pacte Fiscal, por ello dicen haber votado a favor. Obviamente, estos elementos desclasados ya ni siquiera se aferran a la moribunda socialdemocracia. Ya ni siquiera piden gestionar un “capitalismo de rostro humano”, utópico e irreal, sino apoyar la gestión de un capitalismo senil y criminal. Es por ello que les basta que tal Agencia sea “catalana”, sin importar que la dirija la casta de los Mas y Navarro, tan reaccionaria como la dirigida por Rajoy o Rubalcaba. A ese punto de estulticia ha llegado el oportunismo y el reformismo anticomunista de los Junquera o Herrera.
Ante tal descomposición de la superestructura burguesa, emanada de la profunda crisis del capitalismo agonizante, el PCOC no sólo opondrá la unidad inquebrantable del conjunto de obreros y empleados del Estado a fin de luchar en un mismo frente, sino que valiéndose del irrenunciable internacionalismo proletario, caminará sin pausa hacia la liberación social y nacional de este pueblo, combatiendo sin descanso el reaccionario nacionalismo burgués, auténtica vía de escape para desviar al proletariado de su objetivo emancipador; el socialismo.
Comité Nacional Partit Comunista Obrer de Catalunya
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