Elecciones andaluzas, una lección de prestidigitación e ilusionismo.
Se celebraron las elecciones andaluzas y, nuevamente, la burguesía mantiene bajo control lasituación política en la región, a pesar de la gran descomposición de su sistema económico, quebrado, así como de sus instituciones, corrompidas hasta el tuétano y desacreditadas por el Pueblo.
Las elecciones dejaron una participación del 63,94% y una abstención del 36,06%, o lo que es lo mismo, 2.226.104 ciudadanos no acudieron a votar. La irrupción de opciones políticas nuevas como PODEMOS o la criatura parida por la derecha, Ciudadanos, únicamente han servido para incrementar la participación en un 1,7%, o lo que es lo mismo, arrancar a la abstención, solamente, a 141.132 personas, cifra mínima máxime cuando el censo en 2015 tenía 54.263 personas más que en 2012; con lo que el grado de participación ha sido, prácticamente el mismo que en 2012.
El panorama político, sustancialmente, permanece igual y, cómo hemos visto anteriormente, las nuevas organizaciones políticas creadas, y promocionadas por los medios del Capital así como por las encuestas, no han implicado un incremento sustancial de participación, de incorporación de masa al circuito político burgués que únicamente lleva al Pueblo a su muerte y a su miseria, habiéndose redistribuido el voto.
Nuevamente, en las elecciones andaluzas ha ganado la abstención, que ha superado al partido más votado en más de 857 mil personas, o lo que es lo mismo, la abstención ha sacado un 13,41% de ventaja al PSOE, que ha sido apoyado por el 22,6% del censo. Por tanto, el 77,4% del Pueblo andaluz no ha apoyado con su voto al Partido político que, parece ser, va a gobernar la región andaluza.
Por otro lado, el bipartidismo en Andalucía ha perdido 617.462 votos, perdiendo más de un 18% de voto y controlando el 62,18% de los votos emitidos a candidatura. Es evidente que el bipartidismo no ha muerto, aunque ciertamente hoy es más débil en la región que hace tres años. En consecuencia, mienten aquéllos que dan por enterrado al bipartidismo hoy.
Como en toda noche electoral, ganen o pierdan, los partidos del sistema se lanzan a mostrar una imagen vencedora y en sus opiniones hacen lo único que pueden hacer, y que hacen diariamente, engañar al Pueblo. El Partido más votado celebraba y reivindicaba su victoria electoral, a pesar de no haber recibido el apoyo del 77,4% de los andaluces, y de haber perdido prácticamente 120 mil votos y haber bajado un 4,09% con respecto a 2012. Hasta el Secretario General de dicho partido reivindicaba la victoria como un triunfo de toda la organización, no sólo de la andaluza, a pesar que son sus peores resultados y han perdido casi 900 mil votos si comparamos los resultados de dicho partido con los que obtuvo en 2004. Por otro lado, se ha castigado electoralmente al gobierno de Rajoy, y a sus políticas reaccionarias, perdiendo el PP más de medio millón de votos y perder 17 parlamentarios.
Por otro lado, Izquierda Unida se ha llevado un severo correctivo, perdiendo más de 163 mil votos y 7 representantes, castigando aquéllos que los votaron en 2012 su participación en el gobierno de Andalucía y el haber sido muleta para que el PSOE gobernase la región con políticas alejadas por completo de lo que debieran ser políticas de izquierdas.
Este proceso electoral ha demostrado que casi dos tercios del pueblo todavía albergan esperanzas en el electoralismo burgués. La burguesía, comprobó que la crisis económica debilitó su sistema bipartidista, se le abrían frentes graves como la cuestión nacional en Cataluña, constató el deterioro progresivo de los partidos políticos existentes y verificó el incremento considerable de horas perdidas por huelgas así como la proliferación de manifestaciones y conflictos en la calle. Los capitalistas reaccionaron y aprovecharon las elecciones europeas para lanzar opciones políticas nuevas, aunque viejas en lo ideológico, con dirigentes jóvenes como Pablo Iglesias o Albert Rivera que simbolizaran una renovación generacional de los líderes con objeto de reconstruir un nuevo bipartidismo ante la erosión de PP-PSOE. Renovación generacional también estimulada por los medios de comunicación del Capital que han traído a dirigentes como Alberto Garzón o Pedro Sánchez. En definitiva, la burguesía ha remozado su circo electoral, y con el remozamiento y las nuevas formaciones políticas pretenden renovar la ilusión de las masas por las vías electoralistas para desviarlas de la vía de la lucha y de la organización revolucionaria que aspire a derrocar el sistema.
En este sentido, el mayor daño a la clase obrera ha venido de la mano del oportunismo, ellos han sido, y son, los mayores traidores a los obreros y los máximos prestidigitadores del Capital, aquéllos cuya misión es llevar a la clase trabajadora a la muerte a cambio de prebendas, de migajas. Ese papel, históricamente, lo han hecho tanto el PSOE como el PCE-IU; hoy la máxima obra prestidigitadora y de ilusionismo político es PODEMOS, donde trotskistas y anarquistas se baten el cobre por servir con eficiencia a sus amos capitalistas. Estas elecciones andaluzas han tenido episodios de una miseria moral y política infinita, como por ejemplo el mitin de Málaga de IU en el que participó Julio Anguita o la mayoría de mítines de PODEMOS, y que demuestran que, por un lado, la desvergüenza y el cinismo del oportunismo es infinito y, por el otro, que hay que combatirlos sin cuartel pues, sin duda alguna, son el mayor enemigo del Proletariado en tanto que engañan al obrero, deforman su ideología, lo apartan del camino de la lucha revolucionaria y lo condenan a la sumisión al sistema capitalista y, en consecuencia, a su clase hegemónica: la burguesía.
Decía Anguita en Málaga que aquellos ‘ciudadanos’ que votasen a los corruptos eran responsables de la corrupción y se atuvieran a las consecuencias, culpabilizando al pueblo de la corrupción. El Partido de Anguita, PCE-IU, participó en la arquitectura de este sistema político hecho a imagen y semejanza de la burguesía monopolista; en consecuencia, Julio Anguita, y su partido, son responsables de todo lo que ha emanado de ese sistema corrompido soportado por la Constitución – redactada entre otros por el PCE – que, siempre que puede, Anguita reivindica. El pueblo trabajador español tiene una historial enorme de generosidad en la lucha, de bravura, de derramar sangre en la lucha por conquistar justicia social y libertad y fue el PCE, junto con el PSOE, los que desvertebraron la organización de los trabajadores y los que lucharon por desactivar la lucha obrera para que caminaran por la senda de la democracia burguesa, de las leyes del Capital que el Partido de Anguita redactó. Esto ha implicado que la clase obrera, atomizada y desorganizada, donde los que asumía como partidos propios se prostituían y vendían al capitalismo y a la ideología burguesa, esté impregnada de dicha ideología. Quien ha hecho lo imposible por corromper al pueblo ha sido el PCE-IU, y el que sigue engañando al pueblo hoy es Anguita cuando reivindica la Constitución Española o cuando indica a la ‘ciudadanía’ – ni siquiera se atreve a expresarse en términos de clase – que el cambio debe ser ‘pacífico’ con las reglas del juego del sistema – de la burguesía – y, en consecuencia, amputando al propio proletariado y, como siempre, predicando el oportunismo y arremetiendo contra el marxismo-leninismo. ¿Qué tiene de pacífico este sistema? ¿Es pacífico nueve suicidios de obreros diario?¿Qué tiene de pacífico un despido?¿Y que los enfermos de hepatitis se mueran?¿y el hambre?… La malformación ideológica del pueblo, y que éste acepte al capitalismo con su violencia y corrupción, es una consecuencia del oportunismo y éste tiene nombres y apellidos, entre los que descuellan el propio Anguita y su partido ¿Acaso no fue corrupción y prostitución ideológica y política del más alto nivel aceptar la bandera, negar el derecho de autodeterminación de los pueblos acatando la indisolubilidad de España, acatando los símbolos del fascismo y el capitalismo como sistema económico? Eso no sólo lo acató el PCE, sino que lo redactó y está escrito en la Constitución que Anguita reivindica. Es evidente que, con esa historia, hay que ser muy cínico para expresarse como se ha expresado, y expresa, Anguita pero esa es la praxis y la esencia del oportunismo.
Las elecciones andaluzas no sólo han sacado a flote todas las indecencias del oportunismo, sino también ha retratado la falta de ética revolucionaria y comunista de un partido que se reivindica, precisamente, como comunista pero que, al igual que los anteriormente mencionados, conforman las filas del oportunismo, empleando términos futbolísticos serían el oportunismo de segunda división. Nos referimos al PCPE, el cual ha presentado candidaturas en las 8 provincias andaluzas. Pero esas candidaturas no han sido el resultado de un trabajo realizado con las masas en las distintas provincias que ha conllevado arrancar a éstas a la participación a través del Partido en el proceso electoral e incorporar ese incremento cuantitativo y cualitativo a la lucha revolucionaria en dichas provincias. Esas candidaturas han sido conformadas, en su mayor parte, con gentes que ni tan siquiera han pisado, y que ni tan siquiera habitan, en las provincias por las que se han presentado. Cuando se pretende mostrar lo que no se es, aparte de engañar y estafar a la clase obrera, se abjura de la ética comunista. El PCPE es rehén de su oportunismo, quiere mostrarse ante el Movimiento Comunista Español y el Movimiento Comunista Internacional como el Partido referencia en el estado español, y ello lo reivindica intentado estar presente en todas las elecciones con candidaturas en todos los lugares, siendo éste un objetivo fundamental para ellos, para acreditar su supuesta hegemonía dentro del Movimiento Comunista Español, cuando lo que en realidad muestran es una carencia de ética comunista superlativa y también su debilidad.
Estas elecciones andaluzas supuestamente se hacían bajo el pretexto de la necesidad de un gobierno fuerte y, el resultado arrojado ha sido una mayor fragmentación parlamentaria, un deterioro del bipartidismo, y en consecuencia, el futuro gobierno será más débil. La realidad es que el PSOE adelantó las elecciones para salvar sus muebles y los del bipartidismo. La burguesía ha constatado que su renovación, todos los candidatos eran primerizos, y sus nuevos partidos no han ido acompañados de una mayor participación del Pueblo, pues la abstención ha sido similar a las elecciones pasadas.
Se avecinan tiempos de mayor inestabilidad política para la burguesía, la corrupción corroe el sistema y el desarrollo de la crisis irá haciendo más profunda, aún, la distancia entre el pueblo y las instituciones burguesas y sus leyes. Por el momento el efecto PODEMOS le ha significado a la burguesía un descenso de las manifestaciones y de las horas perdidas por huelgas en 2014, pero bien sabe ella que va a ser un efecto efímero.
En este momento, el Partido Comunista Obrero Español continuará trabajando con la clase obrera en la construcción de órganos de poder popular del proletariado tanto en la sociedad como en los centros de trabajo, uniendo las luchas de los distintos sectores del proletariado en una única lucha contra el capitalismo (Frente Único del Pueblo), y uniendo a los comités de empresa, delegados y trabajadores para conseguir que en sus manos esté la producción (ACDT). En este sentido, multiplicaremos nuestras fuerzas en llevar a las fábricas, centros de estudio, a los pueblos y al campo la necesidad de llevar a término una Reforma Agraria antilatifundista y antimonopolista fuera de la UE que significaría un cambio radical de la situación de explotación y pobreza de los trabajadores de nuestra región, ya que el poner las tierras y las minas a producir en manos de los trabajadores, así como los cauces de distribución de la producción resultante, traería consigo la desaparición del paro tanto a esta generación como a las sucesivas, pues implicaría una verdadera industrialización de nuestra tierra tanto para procesar la producción agrícola y minera, como para dotar a los trabajadores de los aperos, tecnología e infraestructura necesaria para dicho proceso productivo, del que se beneficiarían todos los sectores sociales que componen el proletariado. Es momento de redoblar los esfuerzos para llegar a los obreros, jornaleros, jubilados, mujeres, estudiantes, en definitiva, a todos los sectores del proletariado y conseguir que hagan suya esta política, pues únicamente son ellos organizados bajo una dirección revolucionaria, los que podrán hacer esta obra.