Indignantes sesiones de investidura

Aunque se sospechaba, porque los partidos parlamentarios no dan para más, resulta indignante que a estas alturas, con una Andalucía que se desangra por un paro y una pobreza insultantes, que los partidos que componen el Parlamento Andaluz, no hayan ido a las raíces de los problemas, como si nada pasara y vuelvan a reincidir en las mismas medidas de siempre, ornadas con matices, pero que la historia ha acusado de falsarias y ha sentenciado fracasadas.

El sistema está agotado, el sistema solo se sostiene con la crueldad contra las clases trabajadoras, contra las familias humildes, que han manifestado en todos los terreros de la política que quieren un cambio. Lamentablemente, nuestro pueblo no ha adquirido aún la conciencia de clase para saber y exigir cual es el cambio estructural profundo que se necesita, pero lo hace a través de los efectos. Quiere un cambio que proporcione trabajo, quiere un cambio que devenga progreso social, quiere un cambio que acabe con la corrupción, quiere un cambio para exterminar los abusos de los monopolios, de las multinacionales, de los terratenientes y de la banca, quiere un cambio para ser libre como pueblo.

No se origina trabajo con el mismo sistema, con los mismos agentes creadores de empleos, es decir, con los capitalistas que han sido la causa del desempleo y no las víctimas, tal cual se desprende por los estímulos que se les ofrecen para que supuestamente generen puestos de trabajo. El progreso social no es solo una bella frase, tiene un contenido práctico. No habrá Progreso Social en Andalucía cuando la base de las políticas de los partidos parlamentarios es la creación de más empresas pequeñas, una vez que está demostrado que éstas y los autónomos, tienen una media de vida de cinco años. No se acabará con la corrupción solo con leyes, ya existen. La corrupción la da el egoísmo creado por el sistema de los capitalistas, que ha concebido una metodología política la cual conduce inexorablemente a que el parásito gane dinero fácil soportado en la explotación de los trabajadores. La corrupción generalizada es un reflejo de las relaciones de producción existentes. El abuso de los monopolios, de las multinacionales, de los terratenientes y de la banca, no se acabará jamás mientras estos tengan en sus manos, los campos, las minas, las fábricas y todos los medios de producción. A este poder económico, se somete el poder político, la judicatura y todas las instituciones que crea el mismo sistema, porque forman un todo. Un pueblo no será libre mientras que los terratenientes y monopolios, se lleven las materias primas de nuestros campos, de nuestras minas, de nuestras riquezas autóctonas para beneficiar sus empresas ubicadas en otros lugares del estado español y del extranjero, en tanto los andaluces seguiremos emigrando, y siendo los que soportan los mayores índices de desempleos de Europa.

La salida de la situación secular que martiriza a los trabajadores andaluces, será real cuando nuestras riquezas naturales, pasen a manos del pueblo. Cuando los índices y las planificaciones tengan por principio y centro satisfacer las necesidades de las clases que los trabajan, que en una relación integral extraen sus generosos productos, suficientes para alcanzar el Progreso Social de Andalucía. Por esa razón, la REFORMA AGRARIA ANTILATIFUNDISTA, ANTIMONOPOLISTA FUERA DE LA UE, es una reivindicación que señala el verdadero punto de inflexión entre el pasado y el cambio, pero los parlamentario andaluces actual, ninguno de ellos, están por la labor, porque les llevaría a enfrentarse a sus patrocinadores: monopolios multinacionales, terratenientes y la banca.

COMITÉ REGIONAL DE ANDALUCIA DEL PARTIDO COMUNISTA OBRERO ESPAÑOL (PCOE)

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