La salida de la crisis

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Las crisis demuestran que los obreros no se pueden limitar a luchar para obtener de los capitalistas concesiones parciales…pues cuando se produce el crack, los capitalistas no solo arrebatan a los trabajadores los derechos conquistados, sino que los hacen aún más precarios.  Y así continuará sucediendo inevitablemente hasta que los ejércitos del proletariado socialista echen abajo el dominio del capital y de la propiedad privada”

V.I.Lenin “Las enseñanzas de las crisis” (1901)

Tiene razón el Gobierno español cuando repite machaconamente aquello de que “España está saliendo de la crisis”, bien lo sabe esa pequeña oligarquía financiera, verdadera ama y señora de este país. El capitalismo monopolista de Estado no es sino una sumisión absoluta del Estado burgués a la economía capitalista, y, por tanto, a los monopolios, y no al contrario. Es la compenetración cada vez más completa del Estado y de los monopolios, en fin, la dictadura de los monopolistas más poderosos. En el contexto de la crisis general del capitalismo y bajo el dominio de los Estados imperialistas, las crisis para los monopolistas no representan otra cosa que una gran oportunidad de negocio, el momento idóneo para incrementar sus beneficios a costa de la clase trabajadora, más aún cuando ésta se halla desorganizada y con una conciencia de clase debilitada.

Basta con echar una ojeada a los últimos datos aportados por la Agencia Tributaria referentes a la Declaración Anual de Retenciones e Ingresos a Cuenta sobre Rendimientos del Trabajo para el ejercicio 2013 (1), para constatar con toda crudeza la eficacia de esta dictadura capitalista, una maquinaria perfectamente engrasada lista para engordar los capitales de unos pocos y para seguir depauperando al conjunto del pueblo trabajador. Los datos extraídos, nos dan una fiel radiografía de la situación económica-salarial del conjunto de la clase trabajadora dentro del modo de producción capitalista español. Un simple vistazo general, nos permite vislumbrar el brutal grado de explotación al que se ha sumido al conjunto de trabajadores asalariados. En virtud de la profunda crisis capitalista, un puñado de parásitos monopolistas -poniendo a su entero servicio todas las palancas de su Estado-, ha arrasado en apenas unos años con las pocas conquistas obreras logradas tras largas décadas de lucha.

Según estos datos publicados por la Agencia Tributaria, para el ejercicio 2013 existían 16.682.061 de trabajadores asalariados, casi medio millón menos que en 2012 (17.063.142) y prácticamente 3 millones menos que en 2008 (19.310.527), monstruosa disminución que obedece a la aberrante destrucción de fuerzas productivas en forma de millones de desempleados y exiliados. De estos 16 millones y medio de trabajadores asalariado activos y empleados, cerca de 6 ingresan un salario bruto anual de 9.000 €; o lo que es lo mismo, su fuerza de trabajo es remunerada en base a 645€ brutos/mes. A estos 6 millones, se suman otros 2 millones de asalariados que ingresan un salario bruto anual de 13.500€ (apenas 960€ brutos/mes). A este enorme contingente proletario, habría que sumar otros 2 millones de trabajadores con rentas brutas mensuales de 1.290€. Así pues, y según la propia Agencia Tributaria, en la España de 2013 existían 8 millones de trabajadores -es decir, 1 de cada 2 asalariados activos y empleados-, en situación SUBMILEURISTA (rentas brutas mensuales de entre 640 y 960€), y más de 2 millones de MILEURISTAS (rentas brutas mensuales de 970 a 1290€).

He ahí la espina dorsal de la “salida de la crisis” que tanto entusiasma a la clase dominante y su Gobierno, la multiplicación de la plusvalía burguesa a costa de la fuerza de trabajo proletaria. Un régimen con más de 5 millones de trabajadores activos desempleados, dónde el 60% de la fuerza de trabajo asalariada -activa y empleada-, se encuentra entre los 640€ y los 1.290€ brutos/mes, en un magnífico “escenario de fututo” para explotadores y parásitos. No se equivoca el Sr. Rajoy cuando da por finiquitada la crisis para la “Marca España” y la patronal.

Estos datos constatan la victoria aplastante del capital sobre el trabajo, rasgo común en todos los países de la UE. En apenas un lustro de crisis, no sólo se ha logrado multiplicar la plusvalía sobre los salarios directos, sino que paralelamente se ha esquilmado el salario indirecto de la clase obrera a costa de la destrucción planificada de los sistemas públicos de sanidad o educación, así como la constante devaluación de las pensiones. Como decía Lenin, a cada crisis capitalista, los monopolistas arrasan con todo, y así será mientras perviva un modo de producción agotado y anárquico, basado en la explotación asalariada y la propiedad privada sobre los medios de producción.

Por ello, ante los infames datos facilitados por la Agencia Tributaria, lo natural es que aparezcan otros Informes, tales como el difundido por Oxfam Intermón (2), de dónde se desprende que 20 de los principales monopolistas españoles acumulan una fortuna superior al 20% más pobre de españoles (más de 9 millones).

Vivimos en plena etapa putrefacta del capitalismo, dónde la concentración de capitales en pocas manos se intensifica al mismo ritmo que el empobrecimiento generalizado de la clase obrera y clases populares, todo ello bajo el contexto de la crisis general del capitalismo. Y cabe decir que el pueblo trabajador -tal y como recoge el mismo Informe de Oxfam Intermón en una de sus encuestas-, en más de un 80% afirma sin tapujos que “los políticos gobiernan para las élites económicas”. He ahí una exacta definición popular del capitalismo monopolista de Estado, del imperialismo como fase superior del capitalismo. En tanto sigan reinando unas relaciones de producción capitalistas, dónde los gánsteres financieros puedan poner o eliminar Gobiernos enteros, la explotación y opresión seguirán profundizándose.

Hoy, este régimen ha hecho de la crisis “historia”, pagando salarios que ni siquiera alcanzan para que el trabajador satisfaga sus necesidades más básicas como la vivienda o la alimentación, manteniendo a un 30% de españoles bajo el umbral de la pobreza y a otros tantos en el desempleo crónico, expulsando a millones de trabajadores hacia el extranjero o desahuciando a ancianos de 80 años en barrios obreros como Vallecas.

La “salida de la crisis” de la que hablan los capitostes del IBEX-35 y la CEOE, por boca de su Gobierno, es una realidad evidente. Nuestra “eterna crisis” como explotados y oprimidos, no sólo ha venido para quedarse sino a intensificarse en la medida que sigamos tolerando esta aberrante dictadura capitalista. Ante una base económica corroída, no cabe sorprenderse de la putrefacción análoga de toda la superestructura política del régimen capitalista, de ahí que la clase dominante no dude en promocionar la “reforma” a través de todo tipo de variopintas plataformas de clara extracción pequeñoburguesa, ávidas por ocupar un espacio electoral y por legitimar unas instituciones burguesas irreformables, intentando así desactivar la ira popular en las calles.

No cabe otra salida que organizar la revolución socialista. Fortalecer al Partido, extender nuestra política de masas, caminar sin descanso hacia la construcción de un nuevo poder popular, de un Frente Único del Pueblo que avance hacia la ruptura revolucionaria y arrase con toda esta inmundicia burguesa. Hoy el socialismo ya no es una opción, es una necesidad histórica.

NOTAS

  1. http://www.elmundo.es/economia/2014/11/21/546e5c3dca4741a15b8b457d.html

  2. http://www.servimedia.es/Noticias/DetalleNoticia.aspx?seccion=23&id=343034

 

COMITÉ EJECUTIVO DEL PARTIDO COMUNISTA OBRERO ESPAÑOL (P.C.O.E.)

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