Declaración del C.C. en torno a la crisis

Poco a poco se va conociendo la dirección que está tomando la actual sociedad capitalista, por medio de las consecuencias que produce sobre las clases trabajadoras, a través de sus llamadas medidas sanadoras y preventivas contra la crisis: congelación de salarios, despidos masivos, represión laboral. Alrededor de un millón de familias tienen en estos momentos a todos sus miembros en el desempleo, los impagos domésticos se acrecientan a una velocidad alarmante, como también los embargos, etc.

 

  Aunque la situación no ofrezca resquicios para la especulación, tanto expertos económicos como también sectores allegados a la clase obrera en los ámbitos de la política y sindical, ocultan la verdad sobre la naturaleza de la crisis o no han comprendido absolutamente nada de qué es lo que se está dirimiendo.

 La crisis capitalista es una guerra abierta y definitiva entre las clases sociales con intereses opuestos. Todo el ejército burgués disponible se ha situado convenientemente en el campo de batalla para infringir una derrota rotunda que devengue secuelas indelebles en las clases trabajadoras. Patronal, gobierno, quintacolumnistas políticos y sindicales toman conciencia de la grave situación por la que pasa el sistema capitalista que ellos defienden, desacreditado, sin argumentos éticos en los que amparar su existencia y sabiendo que en las crisis y más en ésta por su gravedad, las clases trabajadoras obtienen todas las razones morales necesarias para legalizar una revolución o cambio de sistema.  Por todo ello, se lanzan a una guerra de rapiña y de destrucción masiva sin misericordia y duradera, con objetivos muy claros, diezmar al enemigo y librarse de las trabas legales que aún quedan en su imperio, como determinados derechos formales de los trabajadores, el coste del despido, etc. para que una vez resuelta la crisis, éstos no tengan ningún amparo legal. La burguesía ha declarado la guerra total.  

  En el lado adverso sucede todo lo contrario, la indolencia, la incomprensión, la división, la obsesiva pretensión de ganar en una absurda competitividad en el seno de la izquierda, cuando no se está pensando en dar señales de vida de cara a las próximas elecciones, presagian malos augurios. Datos todos que definen a un ejército artesano, dividido y con sicología de perdedor como emana de sus consignas reformistas: ¡Su crisis que la paguen ellos! ¡La crisis que no la paguen los trabajadores! ¡Frente a la crisis, Movilízate en defensa del empleo! ¡La crisis capitalista que la paguen los ricos! Todas ellas asumible para la derecha.

 Para el PCOE, no es la crisis lo que hay que combatir, sino al sistema que la produce. En la guerra, la defensiva es una derrota segura. En la guerra, los objetivos son extremos, como los de la burguesía. En la guerra todo rebaje de principios y de objetivos es una alta traición contra los trabajadores a los que se les obligan a  caminar ciegos hacia el holocausto.

 En la crisis no cabe fomentar vanas ilusiones porque la actitud del gobierno capitalista (en este caso PSOE) es la de defender el sistema auxiliando a las empresas con grandes cantidades de dinero, que tienen como destino la adquisición de nuevas tecnologías en aras de facilitar su competitividad, pero que tiene como resultado el despido de más trabajadores de acuerdo con la ley de la composición orgánica del capital. Los sindicatos y la patronal se prestan a llegar a acuerdos con el falso pretexto de paliar los efectos de la crisis. Cada vez que estas reuniones tienen lugar, acaban con la minoración de los derechos de los trabadores,  adquiridos tras muchos años de lucha contra el fascismo.

 La respuesta no puede ser otra que desbrozar el camino hacia la unidad de la clase obrera, que se ha de convertir en rectora de las movilizaciones que hay que emprender contra la causa de la crisis, el sistema capitalista.

 Una vez más el PCOE hace hincapié en las ASAMBLEAS DE COMITÉS Y DELEGADOS DE EMPRESAS como objetivo inmediato y urgente a conseguir y lo hacemos en base a los siguientes argumentos:

  •        Los comités y delegados son los órganos de unidad y de poder más cercanos de los trabajadores y los únicos elegidos directamente por estos.
  •       Los comités son los únicos organismos que pueden neutralizar las traiciones que cometen las cúpulas de las grandes centrales y también  disputarles la prerrogativa de discutir los convenios colectivos en todos los ámbitos.
  •       Los Comités y delegados de empresas dotados de un programa de clase y anticapitalista pueden constituirse en órganos de poder, por lo que rebasan el ámbito estrictamente sindical.
  •      Los Comités son también los únicos órganos de la clase obrera que pueden instituir la verdadera democracia en el seno de los centros de trabajo y de dotar a las asambleas del poder de elección y revocatoria de cargos sindicales, que es lo que la hace democrática.

 Por estas razones apoyamos la convocatoria de una manifestación en Sevilla para el 28 de Febrero salida de la última Asamblea de Comités y Delegados de Sevilla.

El PARTIDO COMUNISTA 0BRERO ESPAÑOL, hace un llamamiento a todos los trabajadores, comités y delegados de empresas, así como a todas las organizaciones obreras para que construyan en sus localidades ASAMBLEAS DE COMITÉS Y DELEGADOS DE EMPRESAS con el firme propósito de hacer frente a los enemigos de los trabajadores. De lo contrario la victoria burguesa será realmente devastadora.

  De no ser así en esta batalla final perderemos todos. Se prevé que al finalizar la crisis habrá cuatro millones de trabajadores en el paro, 200.000 viviendas embargadas. Entre 70 mil y 100 mil cargos sindicales desaparecerán, centenas de candidaturas independientes serán barridas, pequeños sindicatos caerán por falta de afiliación. Serán las grandes centrales CC. OO y UGT, las que mas pierdan en cantidad de afiliados, pero saldrán ganando y fortalecidas en influencia, debido a que las leyes sindicales vigentes les permiten discutir los convenios colectivos provinciales, comarcales, regionales, nacionales y estatales. De esta forma la victoria de la burguesía es absoluta.

Aunque lo peor de todo es que  la psicología de derrota que hará presa en la clase obrera, coadyuvará a intensificación de la represión postguerra, que sin duda llevará a cabo la burguesía y el gobierno capitalista. Una vez abatido el movimiento obrero, los capitalistas pondrán todos sus instrumentos represivos en acción para que los trabajadores tarden el máximo de tiempo en recuperarse.

 Por otro lado el gran volumen de desempleo, será utilizado, como siempre para persuadir a los trabajadores empleados de que deben contentarse con un salario de miseria.

¡CONTRA  EL SISTEMA CAPITALISTA, UNIDAD DE LA CLASE OBRERA!

 

¡POR LA TRANSFORMACIÓN SOCIAL  Y EL SOCIALISMO!

 

PARTIDO COMUNISTA OBRERO ESPAÑOL

(PCOE)

COMITÉ CENTRAL

 

23 DE Enero de 2009.

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