El gobierno y los fuegos de artificio

Pedro Sanchez Fascista

Ya advertimos, cuando triunfó la moción de censura contra el gobierno fascista de Mariano Rajoy, que todo se había escorado, todavía más, hacia  la extrema  derecha. Algo que era totalmente tangible, pues el programa de gobierno que presentó Pedro Sánchez fue el de seguir, a pies juntillas, la política marcada por el gobierno al que iba a suceder, programa político que fue votado favorablemente por la supuesta ‘izquierda’. El PSOE consiguió no sólo ser aupado al Gobierno por el oportunismo y los nacionalistas, sino que también consiguió escorarlos, por su asunción de las políticas expresadas en su programa de gobierno, que fueron las impuestas por el PP, hacia el espacio de éste, la extrema derecha.

Con la aceptación de la política reaccionaria impuesta por los monopolios a través del corrupto gobierno de Rajoy por todo el arco parlamentario, labor desarrollada por el PSOE, la extrema derecha bajo las siglas de PP y C’s se han visto obligados a competir a ver quién es más fascista para tratar de avanzar electoralmente.

La moción de censura realizada por el PSOE, y apoyada por PODEMOS, BILDU, ERC y la derecha nacionalista catalana y vasca, encaja con el papel histórico y clásico de la socialdemocracia de colaboracionismo con el fascismo, el de allanarle todavía más el camino a las fuerzas más reaccionarias, más fascistas, en la dirección política de un Estado que hoy atiende a su imagen y semejanza.

Pedro Sánchez, con el programa de gobierno y las cuentas de PP y C’s, va a tratar de hacer ‘fuegos de artificio’, ejercicios de trilerismo con algunas medidas reformistas al objeto de convocar elecciones generales en una coyuntura que sea lo más favorable posible para sus intereses electorales.

En esta lógica hay que circunscribir la medida adoptada, recién conformado el gobierno a mediados de junio, de recibir a 630 inmigrantes del Aquarius, dejando en evidencia la naturaleza fascista del estado italiano, que además supuso la ‘carta de presentación’ del nuevo gobierno ante la UE. Dos meses después, comprobamos como ese mismo gobierno, mostrando su verdadera faz ideológica, devuelve en caliente a más de un centenar de inmigrantes apoyándose para ello en un acuerdo de 1992 firmado por el fascista Corcuera, dirigente de UGT y ministro del interior  del Gobierno del PSOE del no menos reaccionario Felipe González. Y es que, salvo el fuego de artificio inicial, la política migratoria del PSOE es la misma que la del PP, sin embargo, los fascistas han puesto la inmigración, en primera línea del debate político, exaltando la naturaleza racista y xenófoba del Estado.

El trilerismo político sigue en materia laboral. El Gobierno del PSOE ya ha admitido que no va a derogar la Reforma Laboral de Rajoy, a lo que rápidamente los parásitos sindicatos amarillos del Estado, CCOO y UGT, se han unido; sin embargo, quieren dar la imagen de combatir la precariedad laboral aventando a la Inspección de Trabajo, cuando gran parte de la responsabilidad de la situación de sobreexplotación y de abusos de la Patronal la tiene ese cuerpo del Estado – donde a alguno de sus voceros los exhiben últimamente por las televisiones de los monopolios, sobretodo el que es de la familia Lara, una familia franquista de toda la vida – diciendo una cosa en dichos medios y luego haciendo justamente lo contrario en sus quehaceres diarios, cuando no les salvan directamente los muebles a los empresarios incumplidores.

El último fuego de artificio es la exhumación del criminal Franco del Valle de los Caídos. Este punto es, sin duda, magro para el PSOE, por el que tratará de mostrarse con ropajes de ‘izquierda’ apelando a la ‘dignidad democrática’, a la justicia en materia de memoria histórica, pretendiendo mostrar al pueblo trabajador que, el Estado, es capaz de ser un instrumento en su favor, un instrumento de progreso social, siempre y cuando esté el PSOE en el Gobierno.

Sin embargo, la realidad va por otros derroteros y el proceso de descomposición del capitalismo, y su Estado, adquiere un grado de colosales dimensiones. Por un lado, la deuda pública del Estado ha batido records en el segundo trimestre de este año, subiendo en 7.144 millones de euros, ascendiendo el monto total de la deuda pública española hasta los 1,163 billones – con b – de euros, lo que equivale al 98,8% del PIB. Con una deuda impagable y en crecimiento, como consecuencia del rescate de los monopolios y los bancos con dinero público, el Estado económicamente está quebrado, estando la economía del país dirigida por los monopolios europeos desde Frankfurt y Berlín. Y es que el pinchazo de la burbuja de la deuda parece que pronto se producirá.  Por un lado, la política monetaria del BCE, con el fin del Programa de Compra de Activos a finales de 2018, augura un incremento de los tipos de intereses y, con ello, la deuda lastrará todavía más las quebradas economías de las potencias imperialistas, como por ejemplo España. Por otro lado, las empresas siguen endeudadísimas, a pesar de la política económica de endeudamiento público para que estas fueran salvadas por los estados, y el crédito bancario como consecuencia del encarecimiento del dinero menguará a ritmos más acelerado con unas empresas que han vivido del endeudamiento – en los últimos 10 años la deuda empresarial en el mundo ha crecido en 29 billones de dólares -.

Por otro lado, las políticas realizadas por los Gobiernos del PP y del PSOE con sus reformas laborales han servido para que los empresarios ganen 98.474 millones de euros más en estos últimos 10 años de crisis, pagando 10.000 millones de euros menos en salarios, todo ello con 1,1 millones menos de trabajadores y con un 42% menos de horas de trabajo, 77,66 millones de horas menos que en 2008. Eso sí, las familias obreras del estado español obtienen por su trabajo 28.058 millones de euros menos, acrecentándose la miseria de los trabajadores y la desigualdad social.

Los trabajadores no sólo son más pobres, y las rentas del trabajo han perdido peso con respecto de las rentas del capital, sino que su trabajo es menor y más precario. De hecho, si se compara el cierre de 2008 con el de 2017 comprobamos que el número de ocupados que trabaja entre 1 y 9 horas semanales es hoy un 12% mayor y los trabajadores que trabajan de 10 a 19 horas a la semana son casi un 20% menos. Esa es la competitividad que quieren los capitalistas, tirar a 1 millón de trabajadores al paro y expulsando fuera de España a 2,5 millones de trabajadores.

La solución que dan los capitalistas, con la aceptación de sus vendidos sindicatos amarillos CCOO y UGT, es arrojar a la clase obrera a la miseria, al paro y al exilio, así como endeudar cada vez más al Estado como única fórmula para que los monopolios mantengan o incrementen sus márgenes de ganancia. El gobierno del PSOE ya ha manifestado que continuará por esa senda, con esas políticas dictadas por sus predecesores.

La corrupción asola completamente al Estado, carcomiéndolo a todos los niveles, yendo desde cualquier municipio a la Jefatura del Estado. El Gobierno de Rajoy tuvo que ser ‘depurado’ con la moción de censura, más bien las caras pues las políticas continúan y nunca serán depuradas, siendo relevado por un partido como el PSOE condenado por financiación ilegal, donde la corrupción forma parte de su ADN, de sus señas de identidad, y baste para ello mirar a Andalucía para comprobar que es tan corrupto como el PP.

Esa es la realidad que tratan de ocultar, teniendo la necesidad imperiosa de desviar la atención de un pueblo, que cada día vive en peores condiciones y donde el descontento va en aumento, usando ahora el asunto de la exhumación del criminal tirano Franco del Valle de los Caídos. No sólo es la quiebra económica sobre lo que el gobierno capitalista debe engañar al Pueblo sino, fundamentalmente, de su consiguiente resquebrajamiento político por el que las costuras de la Transición se han deshilachado por completo dejando patente el auténtico rostro fascista del Estado y, consecuentemente, de la traición histórica que significó para la clase obrera y demás clases populares dicha Transición en la que participaron y que suscribieron tanto el PSOE como el PCE.

Salen a la palestra los Generales fascistas, con manifestaciones en defensa del franquismo y del tirano, justificando y defendiendo los crímenes franquistas sin complejo alguno. Por otro lado, saltan también a la palestra los fascistas togados que conforman la cúpula judicial, tanto el CGPJ como los fiscales, en defensa del juez Llarena, dejándonos bien patente no sólo la naturaleza fascista del Estado, sino que éste jamás fue depurado de ellos sino todo lo contrario.

Nunca mejor se vio la separación de Poderes. La Judicatura está realizando un juicio político al independentismo en Cataluña, una instrucción judicial que no se sostiene por ningún lado y que no pasa, tan siquiera, los estándares judiciales de estados reaccionarios como es el alemán, o el belga, que alto y claro, con sentencias judiciales, han expresado que la instrucción realizada por Llarena sostiene supuestos jurídicos, como la rebelión y la sedición, que no se sustentan por ningún sitio, expresando que Puigdemont y sus consellers no tendrían un juicio justo en España, negando la extradición de todos ellos.

Ante todo ello, el Gobierno del PSOE, no olvidemos que Sánchez apoyó el 155 así como la instrucción realizada por Llarena y el PSC ha desfilado con el fascismo rampante por las calles de Barcelona, ha accedido a amparar al Magistrado participando en un proceso de “corrupción sistemática y prevaricación permanente” según ha denunciado, ante el Consejo de Europa, la Asociación Europea de Ciudadanos contra la Corrupción (AECC). La extrema derecha, nuevamente, no solamente determina la decisión del Gobierno del PSOE, que obedientemente actúa en el sentido exigido por PP y C’s, sino que, además, los reaccionarios van poniendo las bases para garantizar su hegemonía en el CGPJ, donde curiosamente la esposa de Llarena se erige para vocal de dicho Consejo que dirige el Poder Judicial.

El PSOE, como siempre ha hecho a lo largo de su historia, allana el terreno para que el fascismo avance pues son la reacción. Con un gobierno corrompido hasta el tuétano, quitó al corrupto Rajoy para salvar, y perpetuar, las políticas del corrupto Rajoy que son las que el PSOE, por otro lado, ha aplicado durante las últimas décadas.

Ahora con la exhumación de Franco, tratará de aparentar que pretende ‘pasar página’ del franquismo sacando al asesino del Valle de los Caídos, para hacer que el franquismo se imponga completamente. Si de verdad el PSOE quisiera pasar página, mandar al franquismo al estercolero, depuraría la Judicatura de los franquistas con toga que la dirigen, no daría amparo al reaccionario Llarena, depuraría el Ejército de los elementos fascistas, liquidaría la Corona, reconocería el derecho democrático a la autodeterminación de Cataluña, País Vasco y Galicia, etcétera. Esto sería acabar con el franquismo, que es precisamente lo contrario que Sánchez está haciendo, con el apoyo del oportunismo de PODEMOS/IU, ERC, BILDU, etc.

El fascismo es revisionismo histórico, es la exacerbación de todo tipo de engaño y demagogia, y es esta la labor que está desarrollando el Gobierno, cuando su Vicepresidenta señala que “El Valle de los Caídos tiene que ser un lugar público de honra a la paz, a la democracia y a la memoria común”, manteniendo para ello, en un lugar preeminente al fascista José Antonio Primo de Rivera y el carácter religioso y fascista del lugar, a imagen y semejanza que lo dictó el criminal Franco y lo plasmó en el BOE del 1 de abril de 1940. El PSOE jamás atentará contra el fascismo porque está en su esencia su sostenimiento, como lo acredita su historia, y este es un nuevo episodio ignominioso, donde como no puede ser de otra manera ensalzaran a traidores como Santiago Carrillo y la traidora política del PCE de la “reconciliación nacional”, o lo que es lo mismo, reiterar el engaño y la traición al pueblo para que el franquismo siga perdurando. En esta obra, sin duda, contarán con la inestimable ayuda del oportunismo podemita, en su hipócrita “equidistancia” en la línea de equiparar víctimas fascistas y milicianos republicanos, opresores y oprimidos; pero siempre atizando al comunismo – como se demuestra en la posición expresada hace unos días por sus colegas valencianos de Compromís en defensa de la triada reaccionaria compuesta por la Derecha Católica, la socialdemocracia y el trotskismo en Checoslovaquia en 1968 defendiendo a Dubcek y atacando a la URSS – y posicionándose en defensa del imperialismo, como acredita su posición política a favor del imperialismo y su ofensiva contra el pueblo y el gobierno nicaragüense, ese es el rostro del trotskismo apoyado por Soros, siempre al servicio del imperialismo y la reacción y enemigo jurado de la clase obrera.

Como se puede comprobar, el Estado se halla en bancarrota, las contradicciones cada día son mayores y más difíciles de manejar por la burguesía, que objetivamente le debilitan. Por ello, hacemos un llamamiento a la clase obrera a fortalecer al Partido Comunista Obrero Español (PCOE) para acrecentar nuestra influencia ideológica en el proletariado y llevar al mayor número de centros de trabajo, de barrios, la ciencia emancipadora de la clase obrera, el marxismo-leninismo, y fusionarlo con el movimiento obrero de tal modo que podamos influir en mayor grado en el proceso de organización política de la clase obrera tanto en los centros de trabajo como en los barrios, construyendo un Frente Único del Pueblo donde se fusionen todas las luchas en una única lucha: la lucha de la clase obrera contra el capitalismo y por el socialismo. Los capitalistas no sólo no pueden arreglar los enormes problemas que atenazan al pueblo sino que ellos, y sus criminales políticas, son responsables de la miserable situación en la que se encuentra nuestra clase.

¡FORTALECE EL PARTIDO MARXISTA-LENINISTA, ÚNETE AL PCOE!

¡ABAJO EL CAPITALISMO!

¡SOCIALISMO O BARBARIE!

Madrid, 30 de agosto de 2018.

COMITÉ EJECUTIVO DEL PARTIDO COMUNISTA OBRERO ESPAÑOL (P.C.O.E.)

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