Stepán Bandera, el referente político del régimen ucraniano

Stepán Bandera nace en 1909 en el Reino de Galitzia y Lodomeria, territorio ucraniano bajo el control del Imperio Austro-húngaro. Con veinte años ingresaría en la recién fundada Organización de Nacionalistas Ucranianos (OUN), donde ocupó diferentes cargos.  La OUN basaba sus ideas en las del escritor Dmitro Dontsov, que había traducido a la lengua ucraniana obras como “Doctrina del Fascismo” de Mussolini y el “Mein Kampf” de Hitler, entre otras, siendo considerado el creador de la teoría del “nacionalismo integral ucraniano”. Este movimiento compartía con el fascismo italiano el chovinismo, el antiparlamentarismo y el anticomunismo, y con el nazismo la defensa de la construcción de un Estado Ucraniano étnicamente puro, lo que excluía de su proyecto nacional a rusos, polacos y judíos, entre otros.  La bandera de la OUN estaría formada por dos franjas, una de color negro, que simboliza la tierra, y otra de color rojo, que simboliza la sangre. Esta bandera estuvo muy presente en el golpe del Euromaidán del 2014, así como en manifestaciones supuestamente en defensa de la paz en Ucrania, pero que no dejan de ser movimientos pro-OTAN y anti-Rusia.

Para defender su proyecto, estos nacionalistas ucranianos no dudaron en aplicar métodos terroristas tanto en Polonia como en la Ucrania soviética, en los que Stepán Bandera tuvo un papel activo. En 1933, éste se convierte en jefe regional y comandante de la Organización Militar Ucraniana (UVO), la rama terrorista de la OUN. Sin embargo, al año siguiente sería arrestado por la policía polaca por intentar asesinar a Bronislaw Pieracki, Ministro del Interior polaco. Será condenado a muerte por tal crimen, pero finalmente esta pena le será conmutada por la cadena perpetua. No obstante, esto no dejaba de ser el comienzo de su carrera política.

Con la invasión de Polonia por parte de la Alemania Nazi el 1 de septiembre de 1939, los guardianes de la prisión en la que se encuentra Bandera huyen y este es puesto en libertad el día 13. Cuatro días más tarde, los soviéticos avanzan sobre el este de Polonia (que abarcaba Galitzia, la zona occidental de Ucrania), integrándola en la República Socialista Soviética de Ucrania. En ese momento la OUN estaba en crisis, ya que en 1938 la NKVD habían ejecutado a su líder Evguén Konovalets en los Países Bajos. De esta manera, quedó dividida en dos partes, la OUN (m) dirigida por Andriy Mélnyk, y la OUN (b) de la que Stepán Bandera se convertiría en líder en 1940, realizando una gran labor de difusión de sus ideas reaccionarias. Ambas ramas de la OUN colaboraron con las tropas alemanas tras la invasión de estas a la URSS en la Operación Barbarroja (1941), considerándolos libertadores frente al socialismo soviético.

Stepán Bandera proclamó el 30 de junio de 1941 en Lviv un Estado ucraniano supuestamente independiente, pero que en realidad era un Estado títere del nazismo. Al mando de este gobierno se situaría Yaroslav Stetsko como Primer Ministro, considerado un criminal de guerra por su responsabilidad en la matanza de 700 personas en Lviv, la mayoría de ellos judíos, el 2 de julio de 1941. La fracción de Bandera creará el “Ejército insurreccional ucraniano” en 1943, liderado por Roman Shukhevych, y la de Mélnyk apoyaría la creación de la 14 División SS Galizien o Halychina.

Ambos batallones fueron colaboradores de los crímenes del fascismo. El apoyo de estos batallones no se limitó al mero soporte militar contra el Ejército Rojo de la URSS, sino que fueron parte activa del Holocausto. Se calcula que las milicias de la OUN exterminaron entre 150 mil y 200 mil judíos en Ucrania bajo la ocupación alemana para finales de 1941. Destaca aquí lo sucedido en Babi Yar, cerca de Kiev, considerada la mayor matanza en una misma operación durante el Holocausto, donde se llegó a asesinar a 33.771 judíos por parte de alemanes y colaboracionistas ucranianos entre el 29 y 30 de septiembre de 1941.

 

Las masacres en las que participaban las milicias ucranianas no se limitaban exclusivamente a los judíos, ya que entre sus víctimas se encontraban también comunistas, rusos y polacos. El Ejército insurreccional de Ucrania, fundado por la OUN de Bandera y en este momento dirigido por Mykola Lebed, llevará a cabo un auténtico genocidio contra la población polaca en Volinia y Galitzia entre 1943 y 1944. En Volinia se asesinó a entre 35 y 60 mil polacos, mientras que en Galitzia a entre 25 y 40 mil.

En enero de 1943, las tropas del Ejército Rojo inician la liberación de Ucrania. Finalmente, el Ejército Rojo libera la zona occidental de Ucrania en octubre de 1944. Las milicias de Bandera se mantendrán activas practicando una especie de guerra de guerrillas contra los soviéticos, provocando el terror entre la población civil. Estas permanecieron más o menos activas hasta 1950, cuando los últimos miembros de las mismas fueron eliminados o huyeron del país. Bandera permanecerá oculto en la República Federal Alemana sin abandonar su activismo político.

Tras la Segunda Guerra Mundial, los fascistas ucranianos que tantos crímenes habían cometido y que hasta las propias SS alemanas se escandalizaban por ser incluso más crueles que ellos con los prisioneros en los campos de concentración, se convierten en fichas útiles del mundo capitalista occidental en su lucha contra el socialismo. Según los documentos desclasificados de la CIA, esta colaboración con los fascistas ucranianos comenzó en 1946 con la Operación Belladona. Ninguno de los criminales ucranianos – a excepción de los que fueron atrapados en la URSS – recibieron castigo alguno, siendo parte de ellos incluso amnistiados por la CIA. Un ejemplo de ello es el de Mykola Lebed (responsable de la masacre de Volinia y Galitzia contra población polaca), que estuvo refugiado en EEUU, donde moriría en 1989 sin haber sido investigado por sus crímenes por la CIA, que detuvo las investigaciones en su contra.

Por su parte, los pocos fascistas ucranianos que permanecieron en Ucrania fueron utilizados por los servicios secretos y la OTAN como contrainteligencia frente a la URSS, actuando de manera clandestina, hasta que durante la Administración de Gorbachov, con la Glasnot, empezaron a hacer propaganda nacionalista en Ucrania de manera abierta. Asimismo, Stepán Bandera vivió protegido en Alemania bajo el nombre de Stepán Popel, donde se hacía autopromoción tanto en radio como en la prensa escrita. Murió ejecutado por el KGB en Múnich el 15 de octubre de 1959.

En 1990, poco antes de la caída de la Unión Soviética, los ucranianos fascistas ya pedían desde el extranjero la rehabilitación de los criminales banderistas, presentándolos como “víctimas del estalinismo” y “defensores de la libertad”. Ese blanqueamiento ha perdurado hasta nuestros días, y es evidente que muchos defensores del actual régimen ucraniano los tienen como referente. El propio presidente Zelenski en una entrevista dijo que “Stepán Bandera es un héroe para un gran porcentaje de ucranianos y esto es normal, esto es genial, porque es una de las personas que defendieron la libertad de Ucrania”.

Al igual que Stepán Bandera, el actual régimen ucraniano es abiertamente anticomunista (las organizaciones comunistas fueron ilegalizadas en 2015), ha ilegalizado a once partidos políticos de la oposición, ha cerrado medios de comunicación críticos, tiene grupos paramilitares que lo tienen como referencia, en especial Pravy Sektor, que incluso utiliza la bandera de la OUN. Además, se lucha por un estado “puramente étnico”, atacando a las comunidades rusófonas del Donbass, y también a comunidades gitanas y judías, como ya hacían sus antecesores durante la guerra. Sólo bajo el socialismo, como pasó en su día con la URSS, los ucranianos fueron tratados en pie de igualdad con el resto de pueblos que constituían la Unión Soviética.

 

¡PAZ ENTRE PUEBLOS, GUERRA ENTRE CLASES!

¡SOCIALISMO O BARBARIE!

Madrid, 2 de mayo de 2022

SECRETARÍA DE RELACIONES INTERNACIONALES DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA OBRERO ESPAÑOL (P.C.O.E.)

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