Eduardo Serra, presidente de everis, fiel defensor del Estado capitalista y su podredumbre
Un perfecto ejemplo del funcionamiento del capitalismo monopolista de Estado y cómo el poder de éste está en manos de una oligarquía financiera, un pequeño grupo de burgueses que controlan las grandes empresas, es el caso de Eduardo Serra, anteriormente Subsecretario de Estado de Defensa con el gobierno de Leopoldo Calvo-Sotelo de la UCD, Secretario de Estado de Defensa con el gobierno de Felipe González del PSOE, Ministro de Defensa con el gobierno de José María Aznar del PP y actualmente presidente de everis, empresa adjudicataria de millonarios contratos por parte del Ministerio de Defensa del Estado español. Lo que comúnmente se conoce como puertas giratorias.
No es ni mucho menos el único caso en everis, que cuenta o ha contado entre sus filas con personajes como Eugenio Galdón, Jefe de Gabinete de Presidencia de Gobierno de Felipe González, Cristina Garmendia ex Ministra de Ciencia e Innovación con el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, Tristan Garel-Jones, ex Ministro de Asuntos Exteriores Europeos y América Latina del Reino Unido, Álvaro Uribe, ex presidente de Colombia, o Ernesto Zedillo ex presidente de México, entre otros. Una larga lista de políticos que explican perfectamente las millonarias adjudicaciones concedidas a everis por diferentes gobiernos y que han permitido a sus socios obtener beneficios millonarios a costa de una explotación atroz de sus trabajadores.
Incluso la propia Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia sancionó en 2018 a everis junto con otras 10 empresas del sector por “crear un cártel en el suministro de servicios de informática y tratamiento de datos a la Administración Pública”. Así funciona el ‘tejido empresarial’ que tanto gustan de elogiar nuestros políticos al servicio de los monopolios.
No es de extrañar pues que, el presidente de everis, como gran beneficiado de la podredumbre y la corrupción inherente a un Estado capitalista como el español en su fase monopolista, sea un firme defensor de los pilares que lo sostienen. El pasado 3 de agosto, en una entrevista concedida a El Español, Eduardo Serra comentaba sobre la huida del país del rey emérito Juan Carlos I, lo siguiente: “Juan Carlos es el español que más ha hecho por el progreso y la paz entre españoles. Que ahora estemos, sin sentencia de por medio, pateandole así, me da vergüenza. De verdad, siento vergüenza. He visto cómo ha ayudado a las empresas y a las fuerzas políticas para que llegaran a acuerdos. Que se lo paguemos así… Con lo que dice un espía corrupto o una amante despechada…”.
No duda tampoco en defender abiertamente las puertas giratorias que, como se puede comprobar, han beneficiado enormemente a empresas como everis de la que es actualmente presidente: “Si el que entra en la política no puede salir, le estás obligando a permanecer y a tragar carros y carretas con tal de quedarse en la poltrona. En los regímenes democráticos de Occidente, uno entra y sale. Pero, en realidad, sólo hablan de puertas giratorias cuando se trata de un empresario”.
Y mientras pretende hacernos creer que su gestión está exenta de ideología, habiendo pasado por el espectro político más reaccionario de nuestro país, declarando que “no es con ideología como se combate una pandemia, sino con capacidad de gestión”, nos deleita con frases como, “González cumplió con una misión histórica antes de llegar al gobierno: renunciar al marxismo”, o “España ganaría mucho si Pablo Iglesias, el comunismo y el espíritu de Podemos salieran del Gobierno”.
Sin entrar a analizar que ni Pablo Iglesias ni Podemos tienen un ápice de comunistas, vemos claramente cuál es la esencia ideológica de Eduardo Serra, el profundo anticomunismo que destila la burguesía, así como todas sus marionetas al servicio del fascista Estado español, partidos políticos (desde Vox a PCE/IU-Podemos) y medios de comunicación. Ese es el verdadero carácter de la reacción en todo el mundo, el anticomunismo, pues bien saben quienes manejan los hilos del poder que tan sólo la ciencia marxista-leninista supone una amenaza para sus intereses.
Y mientras personajes de esta calaña se desenvuelven como pez en el agua entre bambalinas decidiendo el futuro de millones de trabajadores, a nosotros, a quienes con nuestra fuerza de trabajo generamos todos los beneficios que se apropian una minoría parasitaria, nos coartan nuestra libertad de expresión para hablar de política y nos reprimen por organizarnos al margen de sus títeres sindicales (CCOO y UGT principalmente).
Esta es la realidad de las empresas en este sistema, salarios de miseria, explotación, represión sindical y ausencia absoluta de libertad, la dictadura del salario por encima de cualquier otra cosa. Y la única solución pasa por la organización de los trabajadores en los sindicatos de la Federación Sindical Mundial (FSM), así como en unir todas las luchas de los centros de trabajo con el resto de luchas de las clases populares en un Frente Único del Pueblo que permita que toda la riqueza que generamos los trabajadores esté al servicio del pueblo en lugar de engrosar el patrimonio de una minoría parasitaria.
Célula Jorge Dimitrov de Sevilla del Partido Comunista Obrero Español (PCOE)