El oportunismo es y será siempre traicionero

El oportunismo es el aliado natural y el más fiel que se reserva la burguesía para sus momentos delicados. Cuando las clases populares se hallan en trance de manifestar su descontento con el sistema, cuando encuentran el camino de tomar conciencia de su realidad, cuando van descubriendo las causas de su calamitosa existencia al margen de todo fetichismo y cuando se atisba la desesperación colectiva, surge el oportunismo en su versión más pura autoproclamándose majestuosamente redentor de las masas, haciendo gala de una charlatanería fácil, seductora e inclusive “revolucionaria”. Pues bien, basta con rascar suavemente su piel para darse cuenta que desde dentro maquina argucias que coinciden con los intereses de la burguesía: desviar al pueblo de sus objetivos para perpetuar el capitalismo.

 

Lo que está sucediendo en el mundo no es ni más ni menos que la consecuencia de un sistema de producción agotado históricamente que busca a la desesperada un asidero donde aferrarse en su agonía. Al capitalismo lo que le queda como argumento no es otra vía que la guerra, la represión contra los trabajadores, multiplicar su explotación hurtándole todos sus derechos y libertades alcanzados con el sacrificio de la prisión, de la sangre y de la muerte.

Lo dijimos al principio de la crisis. La recesión era tan profunda que lo que se planteaba era el ser o el morir del sistema. Los patronos y los gobiernos lo tenían asumido. Son más listos y propusieron la guerra total. No dieron otra opción al proletariado que el capitalismo a ultranza o socialismo y afirmábamos que eran las circunstancias propicias para salir a la calle a decir lo que éramos y lo que representábamos. No puede haber mejor ocasión.

La burguesía española, apoyada en la europea y en el imperialismo yanqui, dispuso de todo su ejército en plenitud: Gobierno, Parlamento, represión policial en la calle y militares haciendo de esquiroles, mientras avanzan en reformas que significan retrocesos en lo laboral (derechos y salarios), en las pensiones y lógicamente preparando otras tantas, porque lo repetimos una vez más: el patrón es insaciable, además de terrorífico, cuando se juega todo a una sola carta.

Poco a poco, con el quehacer de los que no nos doblegamos, vamos sembrando inquietudes. Poco a poco, los efectos de las reformas dañinas que se lanzan como un dardo desgarrador al corazón del sufrido pueblo le hace pensar, enrabiarse; poco a poco, lo que sucede en África, Oriente Medio, Europa…. en el mundo, va contagiando indignación y como la crisis se vislumbra para rato, muchas cosas pueden suceder que no le gustan a la burguesía. Es en esta situación cardinal cuando el oportunismo, entiéndase IU-PCE, se yergue en salvador del capitalismo. ¡Qué mejor ocasión que a los ecos del impacto del pensionazo!

Igual que siempre, pero ahora todavía con mayor presunción, destapan el tarro de las esencias para explicarle al Jefe de Gobierno que está equivocado y que ellos tienen las soluciones oportunas para acabar con la penuria que invade al país. A este glorioso fin pone en manos de la sociedad sus milagrosas recetas. Once medidas que nadie antes había sido capaz de idearlas porque ellos son los iluminados por el más allá para acabar con la pesadumbre que castiga a nuestro pueblo. Con ellas pretenden cambiar la ley antipensiones, si el pueblo les vota: El PCE de igual modo, muestra su total acuerdo con la posición de la Dirección federal de Izquierda Unidad frente a este recorte, así como con su compromiso público de modificar la ley si los electores dan suficiente apoyo a nuestra organización.

Pero ¿en qué consisten esas las medidas? Grosso modo, podemos resumirlas en incrementar las cotizaciones a la seguridad social y si no hay bastante en un futuro financiarlas a través de impuestos en los Presupuestos Generales del Estado, incentivar la creación del empleo juvenil, acabar con la economía sumergida, flexibilizar la edad de la jubilación y otras de idéntico calado. Son medidas que en última instancia podrían asumir incluso la burguesía y aplaudirlas, porque no se atenta contra ella durante su crisis agónica. Muchas de estas soluciones se llevan a cabo en países capitalistas, que como tales, son tan reaccionarios como el español.

Con semejante tabla salvadora las causas de la crisis se quedan tal como están. El capitalismo sale ileso. Desde el PCE-IU tratan de engañar de nuevo al pueblo a cambio de conseguir votos al modo burgués que les permitan sobrevivir en pleno proceso de derrumbe en sus filas. Son reivindicaciones concebidas para no molestar al capital pero también para acercarse a las centrales mayoritarias CC.OO y UGT, con las que mantenían últimamente muy buenas relaciones, naturalmente con miras a extraer rentabilidad en las próximas elecciones. Por eso, al pronunciarse “contra” los recortes,  eximen al mismo tiempo de toda responsabilidad a los sindicatos, todo sea por el voto: “que los sindicatos resuelvan su debate interno que tienen que tener en sus órganos de forma natural y democrática, pero nosotros no vamos a martirizar a los sindicatos…” -Cayo Lara- ¿Puede adquirir conciencia el pueblo si desconoce las causas y los causantes? En el fondo, IU-PCE está muy cerca de las posiciones del gobierno y de las centrales sindicales.

Todos los problemas críticos que se dan en el estado español devienen de unas estructuras capitalistas en donde el Estado de los monopolios y de las multinacionales asienta su poder económico, político e ideológico y es en el uso de estas facultades como se han impuesto las reformas antiobreras. No se trata del ataque casual de tal o cual capitalista; no es el producto aislado de la gestión de este u otro gobierno; es el fruto de la evolución del capitalismo, es su autodefensa ante una enfermedad extremadamente grave y PCE-IU quiere aplicarles una medicina que atenúe dicha enfermedad.

Tal y como es la crisis, tal y como el Estado burgués ha planteado la batalla, no hay más solución que cambiar las estructuras, que será lo que aniquile el poder del gran capital y de sus instituciones. Cualquier remedio que se administre dentro del sistema conducirá a potenciar a la gran burguesía actualmente herida y debilitar a los trabajadores indefensos.

A este final nos quieren llevar los ilustres sabihondos del PCE-IU:

  • a ocultar al pueblo quiénes son los traidores en el movimiento obrero en aras de unos resultados electorales
  • a crear en el pueblo falsas ilusiones en un Parlamento que forma parte de la causa, pero que tiene como objeto canalizar las protestas por vías legales, lo que beneficia a los enemigos de los trabajadores
  • a no atentar contra las bases económicas de un modo de producción, que desde hace bastante tiempo solo puede conllevar miseria en las economías domésticas, desesperación en las clases populares, enfermedades, en una palabra dramatismo.

Pero ¿qué se puede esperar de IU-PCE, siendo uno de ellos, que durante décadas han facilitado la recomposición y fortalecimiento del capitalismo español, primero incitando a los trabajadores a votar una constitución que es el arma legal sobre la cual se basan todas las reformas actuales, y ahora, pretendiendo descentrar las luchas llevándolas por caminos que solo conviene al gran capital, véase III República y sus posiciones en relación con la crisis?

Las políticas cicateras consustanciales al régimen tendrán su fin con la lucha de los trabajadores, que deben movilizarse alrededor de consignas que persigan un cambio de estructuras, nacionalizaciones, reforma agraria, democratización del país etc. En este menester, el PCOE empeña todas sus energías, construyendo los canales para que la clase obrera, y no el parlamento burgués, se instituya en el sujeto revolucionario de los cambios que han de darse.

Llamamos a los trabajadores, afiliados a las centrales sindicales CC.OO y UGT, militantes de IU-PCE, al pueblo en general a que desatiendan los cantos de sirena de las direcciones reformistas que filtran en nuestras filas los intereses del gran capital, en detrimento de nuestras necesidades trascendentales. Unámonos todos a las Asambleas de Comités, Delegados de Empresas y Trabajadores, únicos órganos representativos de los trabajadores al ser votados por estos directamente, y construyamos juntos el FRENTE ÚNICO DEL PUEBLO.

PARTIDO COMUNISTA OBRERO ESPAÑOL (PCOE)

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