Podemos, la evolución de un discurso oportunista

Desde que en 2014 surgiera la formación morada, su discurso ha ido evolucionando en un intento de captar votos, revelando al mismo tiempo el carácter oportunista que en el pasado ya mostraron partidos como PSOE o IU. Un rápido análisis a algunas de las declaraciones realizadas en los inicios de la formación política liderada por Pablo Iglesias, comparadas con las declaraciones, los programas electorales y las posiciones adoptadas un tiempo después, bastan para comprobar cómo se han transformado las proclamas que en su día se disfrazaban de revolucionarias, en un reformismo obsceno y complaciente con el sistema.

En enero de 2014, el documento ‘Mover Ficha, convertir la indignación en cambio político’, elaborado de cara a las elecciones al Parlamento Europeo, proclamaba: «Hay que derogar el artículo 135 de la Constitución española y una moratoria para llevar a cabo una auditoría ciudadana de la deuda que determine qué partes de la misma no son legítimas; las deudas ilegítimas no se pagan». El impago de la deuda se convirtió en una de las proclamas con más fuerza entre los simpatizantes de Podemos (recordemos la situación de Grecia con Syriza en el gobierno). En noviembre de 2015, se hablaba ya de la puesta en marcha de una auditoría y una reestructuración «de la deuda pública vinculada a las ayudas públicas al sector financiero»La palabra impago desaparecía del discurso.

En este mismo sentido, también en enero de 2014, en Podemos se hablaba de «la nacionalización de la banca privada» y de la «recuperación del control público en los sectores estratégicos de la economía». En noviembre de 2015 el discurso se había suavizado bastante, y ya se hablaba de una «auditoría independiente de todas las entidades financieras que han recibido ayudas públicas para determinar las que debe asumir el sistema bancario privado», y que «las nacionalizaciones son algo excepcional». De hecho, en el programa político de coalición con IU presentado en mayo de 2016, se dejó fuera la cuestión de la nacionalización de empresas estratégicas. Otro de los puntos que se ha modificado en ese periodo es la edad de jubilación. Mientras que al principio se hablaba de reducir la edad a los 60 años, con el paso del tiempo esta medida se ha modificado para hablar de jubilación a los 65.

Uno de los puntos de mayor calado entre gran parte de simpatizantes es el relativo a la pertenencia a la OTAN. En enero de 2014, se buscaba una candidatura que rechazara «las intervenciones militares» y que defendiera «la salida de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN)». Meses después, en noviembre de 2014, el propio Pablo Iglesias se comprometió públicamente a sacar a España de la OTAN y romper el convenio de Defensa con EEUU. Tan solo un año después, en noviembre de 2015, la salida de la OTAN dejó de ser una posibilidad, y en Podemos se hablaba de «buscar dotar de una mayor autonomía estratégica tanto a Europa como a España» en el seno de esa organización. Julio Rodríguez, ex jefe de la cúpula militar fichado por Podemos iba más allá al declarar«Seguiremos respetando los acuerdos de la OTAN». Este cambio de postura se vio además reflejado en el programa de coalición con IU en el que también se dejó fuera este punto.

La actitud de servilismo al sistema que ha ido adoptando sibilinamente Podemos, contrasta con la declaración de intenciones que allá por octubre de 2014 se reflejaba en el discurso de Pablo Iglesias, en el que haciendo referencia al concepto de asaltar el cielo, usado por Marx al hablar de la Comuna de París, decía aquello de «el cielo no se toma por consenso, se toma por asalto». Un año después, el propio Pablo Iglesias decía que «los asaltos se hacen llamando al timbre», mostrando la lamentable cara del reformismo y el oportunismo más rastreros.

En su origen, los líderes de Podemos se esmeraron mucho en marcar diferencias con el régimen del 78, en desmarcarse del sistema surgido tras la transición. En noviembre de 2014, Iglesias hablaba de un proceso constituyente para abrir el candado del 78, de construir una nueva alternativa frente al régimen que se derrumba, el régimen de la corrupción, hablando del régimen surgido de la transición. Un año más tarde, abandonaban la pretensión de iniciar un proceso constituyente para llevar a cabo una reforma, y Pablo Iglesias se deshacía en halagos hacia el proceso del 78: «aquella transición, a pesar de sus límites, fue un éxito político», pidiendo recuperar el «espíritu» del 78 para actualizar el «gran acuerdo» que supuso.

Este intento de desmarcarse del sistema usado originariamente para llegar a los ‘indignados’, aquellos que habían perdido la fe en las instituciones, puso mucho énfasis en equiparar a PSOE y PP como partidos de la ‘casta’, como parte del régimen que se derrumbaba. En junio de 2015, después de acusar a los dirigentes del PSOE de estar a sueldo de las eléctricas, Iglesias declaraba que no estaría dispuesto a formar parte de un gobierno que no presidiera Podemos. Tan solo 4 meses después, el propio Pablo pedía públicamente un pacto a Pedro Sánchez que convirtiera a este último en presidente de un gobierno de coalición. En los últimos meses, esta estrategia de culpar al PP de todos los males y salvar al renovado PSOE de la quema, se ha intensificado, y se habla ya abiertamente de un posible pacto electoral para hacer presidente al líder socialista.

Pero no solo de cara al público ha modificado su discurso la formación morada, también en su organización interna han habido cambios sustanciales. En febrero de 2014, en una entrevista concedida por Iglesias a lamarea.com, al ser preguntado por los contactos con Beatriz Talegón (PSOE) para ofrecerle formar parte del proyecto, el líder de Podemos contestaba que este estaba abierto a todo el que compartiera lo que se estaba haciendo, sin priorizar a políticos estrella que fueran a recibir una petición singularizada y diferente al resto. En este sentido, se hablaba de listas abiertas para la elección de los cargos del partido. En julio de 2015, se elaboró por parte de la dirección del partido, una lista con hasta 60 nombres de miembros de otros partidos como IU, de manera privada y secreta, para ofrecerles entrar a formar parte del proyecto. De las listas abiertas, se pasó a listas cerradas de candidaturas previamente elaboradas.

Todo esto es tan solo una muestra que pone a las claras el carácter oportunista de una formación política que sacó de las calles a uno de los movimientos populares más importantes de los últimos años, el 15M, y encauzó el malestar de gran parte de la clase trabajadora hacia las vías del propio sistema, con promesas de cambio que nunca podrán cumplirse, con falsas esperanzas en la renovación de las instituciones y en la reforma de un sistema irreformable, el capitalismo. Se repite la historia que en su día protagonizara un joven Felipe González al frente del PSOE.

La socialdemocracia cambia de caras, pero su intención sigue siendo la misma, sostener el sistema capitalista a costa de la miseria y explotación de la clase trabajadora. Desde el Partido Comunista Obrero Español hacemos un llamamiento a las clases populares, a trabajadores, estudiantes, parados, jubilados, a unir todas las luchas en una única que busque superar el sistema capitalista y construir el socialismo, a través de un Frente Único del Pueblo y de la HUELGA POLÍTICA DE TODO EL PUEBLO.

Por la unión de las luchas en una sóla contra el Capitalismo

Por el Frente Único del Pueblo

Por el Socialismo

 

Secretaría de Agitación y Propaganda del Comité Provincial de Sevilla del Partido Comunista Obrero Español (PCOE)

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