Michelin cierra una fábrica para abrir otra “modelo en términos de competitividad”
No es una cuestión de voluntad. Los empresarios de todo el mundo no pueden parar la carrera loca por conquistar el mercado y para eso deben ser más competitivos que los demás. Y eso significa producir más con menos trabajadores. Es la piedra angular del sistema capitalista.
El claro ejemplo lo acabó de dar el patrón de Michelin en Francia que ha decidido cerrar una fábrica en Joué-lès-Tours eliminando 700 puestos de trabajo después de haber realizado una cifra de negocio de 21,5 mil millones de euros en 2012, lo cual supone un aumento del 25% respecto al año anterior y un beneficio neto de 1,5 mil millones de euros (un 7,4 % más). En 1999 ya había realizado una jugada parecida al anunciar la supresión de 7500 puestos de trabajo después de aumentar sus ganancias en un 17%.
El plan del patrón de Michelin es abrir otra fábrica que sea “modelo en términos de competitividad” y que doblará la producción. El objetivo es “reforzar la competitividad” y avisa: “en el futuro sólo los emplazamientos de cierto tamaño serán capaces de sobrevivir”.
Los trabajadores en manos de los patronos no son más que fichas de un tablero del que ni siquiera conocen las reglas. A los despedidos de Michelin les ofrecerán repartirse por todo el mapa francés o jubilarse anticipadamente. Pase lo que pase los puestos de trabajo no se recuperarán, a no ser que la clase obrera francesa y del mundo entero recuperen todo aquello que han producido por generaciones.
Comisión de Relaciones Internacionales del PCOE