Un nuevo accidente de trabajo. Otro crimen del capitalismo

 

En la época de la robótica y por más que la prensa del régimen intente minimizar su aparición, la noticia del día continúa siendo la muerte de un trabajador por accidente laboral, como en el caso del obrero de 62 años acaecida ayer mientras realizaba trabajos de limpieza del monte en la zona del Pantano del Tranco en Santiago Pontones  (Jaén). El hecho es que dirigentes políticos de las distintas comunidades como Alberto Alonso director general del Instituto Vasco de Seguridad y Salud Laboral, reconocen sin más remedio que en la actualidad se producen todavía accidentes propios del siglo XIX.

Según el Ministerio de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social durante este año entre enero y mayo, los datos arrojan la espeluznante cifra de 245.922 accidentes de trabajo, es decir, 8.352 más que en el mismo periodo del año pasado. Pero lo más destacable es que el 30% de los accidentes se dan en el primer año en el puesto de trabajo.

Las conclusiones al respecto son evidentes. El capitalismo está en franca decadencia y esta se muestra inapelable en las relaciones laborales, que se oponen a las falsas esperanzas que intentan crear tanto los empresarios como sus voceros políticos y tecnócratas a sus servicios, que intentan demostrar que la crisis ha sido superada.

Los nuevos puestos de trabajo que se ‘crean’ no auspician la certeza de la desaparición de la crisis. Por un lado, la precariedad y bajos salarios son síntomas de una explotación bárbara e inhumana, pues dada la psicología de la desesperación que ha calado en la mente de las clases trabajadoras, las obliga a aceptar todo tipo de trabajos sin ni siquiera recibir la formación pertinente ni los recursos contra accidentes, poniendo en juego su propia vida con tal de llevarse a la boca un mendrugo de pan. Por otro lado, no es por casualidad que las tertulias radiofónicas y televisivas tenidas por las más ‘democráticas’ y ‘participativas’ se nutran de economistas supuestamente de todas layas, que vienen a justificar que las reformas laborales y la conducta de la patronal tal como están sucediendo son lo aconsejable para salir de la crisis, por consiguiente, disculpan por omisión las consecuencias de esta actitud como son los accidentes. La verdad es que ni los gobiernos del PP ni del PSOE, ni sus sindicatos CC.OO y UGT, como tampoco la socialdemocracia personificada actualmente en PODEMOS-IU pueden ocultar por falta de capacidad lo que es evidente y se muestra con toda su crudeza, y esto es que los capitalistas no están ejerciendo su irracional explotación para salir de la crisis, sino que actúan criminalmente para frenar la caída de la tasa de ganancia, es decir, lo que buscan es ganar más durante la crisis que saben que no se termina ni se terminará, porque es estructural y cuestiona la vigencia del modo de producción burgués.

Ante este escenario, los revolucionarios no podemos anclarnos solo en las denuncias, hay que pasar a la acción que debe iniciarse con la consagración de todas nuestras fuerzas, pericias e inteligencia al servicio de la creación del Frente Único del Pueblo contra este sistema criminal, estimulado y dirigido por un programa de transformaciones económicas, políticas y sociales, que alimente entre los trabajadores de la ciudad y del campo, estudiantes, amas de casa, pensionistas, etc., la necesidad de unión y que estimule la explosión de sus rebeldías.

¡POR EL FRENTE ÚNICO DEL PUEBLO!

COMITÉ REGIONAL DEL PARTIDO COMUNISTA OBRERO ESPAÑOL (P.C.O.E.) EN ANDALUCÍA

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