La situación de la economía norteamericana y su elevada deuda son dos factores de incertidumbre enormes para el imperialismo y el orden mundial que han impuesto. La putrefacción de la economía estadounidense se anticipa en la bolsa, que superan topes máximos al calor del inminente de un doble pinchazo – tanto de deuda como de las empresas tecnológicas. Así, las FAANG (Facebook, Amazon, Apple, Netflix y Google) tienen una volatilidad enorme, donde todo es especulación acreditándose en las bajadas de valor cuando se pone negro sobre blanco los rendimientos reales obtenidos y las expectativas de beneficio que son muy superiores a los primeros; el pinchazo de las FAANG y del conjunto de las empresas tecnológicas en EEUU significará una reducción del capital invertido en las mismas y, con ella, la consecuente caída de la inversión en este campo y de destrucción de empleo. 

Por otro lado, la deuda norteamericana se halla fuera de control, superando en febrero de 2019 los 22 billones de dólares en lo que es un récord histórico. Trump que decía que iba a deshacerse de la deuda pública norteamericana en 8 años, lo que ha conseguido es que en estos tres años de su mandato haya subido en algo más de 3 billones de dólares más la misma. Las rebajas impositivas a los ricos, a los empresarios, y el crecimiento del gasto militar hace que el déficit presupuestario cada año sea superior y con el crecimiento del déficit se acrecienta la deuda pública. Este hecho hace que Wall Street vaya de máximo en máximo como consecuencia de la putrefacción económica, de tal modo que los bonos de deuda norteamericana a largo plazo (con vencimiento a 10 años) obtienen hoy un rédito inferior a los bonos a corto plazo (con vencimiento a 3 años), de tal modo que los primeros a finales de marzo tenían una tasa de interés del 2,44% por el 2,47% de los segundos. La última vez que sucedió esto fue cuando pinchó la burbuja de las subprime en septiembre de 2007. 

Ante esta realidad la Reserva Federal (FED) se ha visto obligada a señalar que la política monetaria norteamericana permanecerá inalterable durante todo el año – sin subida ni bajadas de tipos de interés. Esta indefinición es consecuencia de que la Reserva Federal es consciente de que si baja los tipos de interés el Gobierno norteamericano tendrá problemas para financiar su elevada deuda pública y si subiera el tipo de interés la deuda pública norteamericano se encarecería todavía más la misma. Como puede verse, vayan por donde vayan, el imperialismo estadounidense se halla en bancarrota avanzando inexorablemente hacia la recesión. EEUU está quebrado en términos económicos. 

Esta realidad de bancarrota de la economía norteamericana es la que lleva al gobierno estadounidense a la guerra económica y comercial ya sea contra otras potencias imperialistas vía aranceles – China, Rusia o la UE – u otros estados vía bloqueos económicos – Cuba, Irán, Venezuela, etc. -, así como a la guerra imperialista a nivel planetario, descollando los conflictos militares en Asia y en Oriente Medio así como la agresión permanente contra estados latinoamericanos a través de sus esbirros y mercenarios fascistas. Cuba lleva décadas soportando el criminal bloqueo norteamericano, el cual ha sido recrudecido por el gobierno del fascista Trump al activar el título III de la ley Helms Burton, una medida que contraviene el derecho internacional. 

A tenor de todo ello, el Pleno del Comité Central del Partido Comunista Obrero Español resuelve: